
Descripción de El amor que pasa 1v6y58
Pensaron que sería una historia de amor imposible. Y se convirtió en un amor eterno. Cuando su madre muere, la narradora de este libro descubre una caja con cartas que llevan décadas esperándola. Contienen una historia de amor inesperada —la de sus padres, Antonio y Claudina— y también el retrato de una época, de dos familias —la de él, andaluza; la de ella, barcelonesa— y de un país en plena transformación. Care Santos se embarca en la indagación y la reconstrucción íntima y literaria de un universo que es el suyo, pero a la vez le es muy ajeno, al tiempo que reflexiona sobre la naturaleza del amor, del destino y de la herencia que recibimos de nuestros seres queridos. ¿De qué nos enamoramos? ¿Qué precio pagamos por amor? ¿Qué poder tienen sobre nosotros los sentimientos? Una luminosa y emocionante crónica familiar que atraviesa la España de los años cincuenta y sesenta. Una exploración de la memoria y la escritura, de lo que heredamos y lo que elegimos. Todo eso es esta novela. En palabras de su autora: «Nací para escribir esta historia». 4j2z5o
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Antonio Santos se apea del tren en la estación de Francia, en Barcelona, un 22 de diciembre de 1955. 26 horas con 23 minutos de viaje y 1137 kilómetros desde que el tren salió de la estación de Sevilla. Junto a él, muchos otros que viajan en el sevillano se dirigen a la incertidumbre de un futuro que imaginan mejor al pasado que queda atrás. Son los años de las grandes oleadas migratorias.
La chiquilla que lo espera, seria, nerviosa, se llama Claudia o Claudina Torres. Él va a conocer a su novia tras 12 meses de correspondencia.
Qué bonita historia. El amor que pasa. Macarena Santos, ¿qué tal? Buenos días, encantadísima de estar contigo. Último trabajo de Kare Santos. El amor que pasa en editorial. Qué bonita historia. Verdad, y además explica muchas cosas, entre ellas el nombre con el que fui bautizada, aunque no lo utilices.
Bueno, es una historia que estaba ahí, que siempre supimos porque mis padres la contaban, presumían de ella y con razón, y que yo siempre supe que tenía que escribir, pero hice bien en esperar, porque me basé en las cartas de mi padre, en las cartas que existían, que encontré al vaciar el piso de mamá, que murió hace dos años y unos meses, y bueno, y en ese material documental va a ser la construcción de toda esta historia.
Además se lo prometiste a tu madre, que tenías que esperar hasta que ya muriera. Claro, mira, fíjate que cuando leía las cartas de mi padre y hacía el vaciado para escribir esta novela, se me ocurrían miles de preguntas que hacerle a mi madre y yo creo que, fíjate que creo que es eso lo que ella quiso evitar.
Ella sabía, lo preguntona que yo soy, lo pesadísima que puedo llegar a ser, y yo creo que ella no quería someterse a ese preguntorio y por eso no quiso darme las cartas en vida. Explícanos, es que a mí lo de solicitar correspondencia a través de una revista, fíjate que tengo un ligero recuerdo de que alguien alguna vez me contó algo parecido y existía realmente.
Claro, ya lo creo, y en esos años además es conmovedor porque en esas secciones de solicitan correspondencia hay mucha gente todavía herida, todavía convaleciente, con heridas de guerra y solicitan madrinas de convalecencia, les llamaban, ya solicitan amigas que las que les acompañen mientras están enfermos para cuando ya, bueno luego no se quedarían con ellas, cuando se pusieran buenas, pero bueno no fue el caso, era una sección de solicitan correspondencia enorme, había muchísimas solicitudes, todo en todos los números y ahí apareció, aparecieron las señas de mi padre en un anuncio muy pícaro porque el anuncio solicitaba correspondencia con mujeres de entre 15 y 55 años, españolas, portuguesas y latinoamericanas, casi nada, pero ese anuncio mi padre nunca lo puso, fue una venganza que urdieron para él, dos novias, bueno dos, es que mi padre era un pintas, mi padre era un pintas, salió a la vez con dos novias, le fascinaban las mujeres, hasta que conoció a tu madre, bueno perdón, hasta que conoció a mi madre, sí, sí, realmente él, él parece que está como enfocado en eso, él quería encontrar a la mujer que le permitiera dejar de ser un pintas, pero bueno cuando las gemelas todavía lo era y salió a la vez con dos gemelas hasta que las gemelas descubrieron que el novio era el mismo y le fueron a esperar juntas, que eso mi padre lo contaba como una especie de escena épica, como te puedes imaginar, con huida incluida que yo he contado en la novela, tal y como él lo contaba y esas gemelas fueron las que urdieron esa venganza que consistió en ponerle en esa sección de solicitan correspondencia, donde apareció a la que escribió mi madre y una amiga, mi madre tenía 15 años y una amiga igual de loca que ella, mi madre tenía 15 años y una fijación, quería casarse con un sevillano, a mí no me preguntes por qué, bueno ella siempre, bueno le parecían aburridos los catalanes, a los catalanes le parecían aburridos, yo creo que había idealizado esa andalucía de las coplas, de ese momento sonaba mucha música andaluza, las coplas estaban muy de moda y a ella le encantaba esa manera de decir las cosas tan apasionada que desde luego no había ningún hombre a su alrededor que pudiera decirle las cosas de ese modo y buscó un sevillano y así fue como se encontró.
Menudo sevillano, no necesitaba más para convencerme de que ella era la mujer que yo quería en mi vida para siempre. ¿Te parece poco tiempo? Fueron 57 minutos, pero me habrían bastado dos segundos.
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