Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Relatos Sexuales Liberales
La sobrina fea p1.

La sobrina fea p1. 56l5m

5/3/2025 · 38:49
0
2.4k
0
2.4k
Relatos Sexuales Liberales

Descripción de La sobrina fea p1. 41272l

La sobrina fea parte 1. En casi todas las familias hay un solterón, un marica o un viudo demasiado joven. Yo, por desgracia, era esto último. Y después de casi cinco años, no tenía a hembra para vivir la tercera edad juntos. Aún me faltaba para eso, con casi cincuenta, cuidándome a base de andar por la montaña y follar, follar mucho. si quieres y gustas aportar al canal puedes arnos por o el pay pal [email protected] paypal.me/relatossex fuente / autor https://www.todorelatos.com/relato/219989/ 5s5y27

Lee el podcast de La sobrina fea p1.

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Gracias por estar en sintonía. Si aún no estás suscrito, te invito a hacerlo y no te pierdas ninguno de nuestros episodios.

Ahora sí, comencemos.

La sobrina fea parte 1.

En casi todas las familias hay un solterón, un marica o un viudo demasiado joven.

Yo, por desgracia, era esto último.

Y después de casi cinco años, no tenía a hembra para vivir la tercera edad juntos.

Aún me faltaba para eso, con casi cincuenta, cuidándome a base de andar por la montaña y follar, follar mucho.

En casi todas las familias hay un solterón, un marica o un viudo demasiado joven.

Yo, por desgracia, era esto último.

Y después de casi cinco años, no tenía a hembra para vivir la tercera edad juntos.

Aún me faltaba para eso, con casi cincuenta, cuidándome a base de andar por la montaña y follar, follar mucho.

No había pasado nunca más de dos días sin follar.

Me buscaba a una, engatusaba y mentía a otra, o pagaba para conseguir que mi polla me dejara pensar y se quitara el mono.

Además, de ruta con mi moto por los pueblos, siempre caían una o dos.

Trabajo como asesor de seguridad informática, y lo hago casi siempre desde donde quiero, siempre que tenga internet decente.

Esa mañana, la única hermana que tengo, dos años mayor que yo, me llamo y empecemos a charlar.

Al rato ya vi que se alargaba más que de costumbre en las llamadas que nos hacíamos en menos de siete días, uno al otro, y le dije.

—¿Qué pasa, bruja? —Suéltalo ya, le dije haciéndole parar de parlotear y oírla resoplar.

—Vale, pero no te enfades, ni hagas de las tuyas.

Tú escúchame y luego me dices.

Me soltó, sabiendo que ya me estaba subiendo a la moto, en dirección a su casa.

Escucho el motor, el crujido del micrófono del casco, y me dijo.

—Santi, apaga la moto, no es tan grave anda, es la niña, que tiene problemas en el instituto, y le hice caso, apoyándome en el baúl trasero, y escuchando lo que me contaba.

Olga, mi única sobrina, era igual que mi difunta esposa.

Pelirroja, delgada, alta y con buenas tetas y culo.

El ser pelirroja era casualidad, pero el cuerpo era clavadito al de ella a su edad.

Salvo por el hecho de que había sacado los rasgos de su padre, y la pobre era bastante fea.

Y en el último año de instituto, no aguantó más las burlas y bromas pesadas.

Lo que ahora llaman bullying que siempre había pasado, si no tenías a un tío experto en informática que lo hubiera cortado de raíz, si lo hubiera sabido antes.

También era poco sociable como yo, y nos llevábamos muy bien, aunque nunca me contaba sus problemas, al saber que me falta un tornillo.

Pero mi hermana me conocía demasiado bien para ser hermanos, aunque eso es otra historia que entenderéis más adelante.

Confío demasiado tiempo en que el problema pasara, y ahora la joven se negaba a volver al instituto, y recurría a mí para que la tuviera en casa y siguiera en el de mi ciudad, ya que ella vivía aún en nuestro pueblo en las afueras.

Después de pegarle la bronca, sabiendo cómo lo iba a pagar, por no decírmelo antes, accedí sin problemas a que viviera conmigo.

Total, yo no paraba apenas por casa, siempre trabajando en hostales con sólo un poco de turismo, para conseguir mi ración de coñitos, y cambiar de pueblo y comarca una vez satisfecha mi polla, disfrutando de mi pasión por conducir en moto.

Que si a tontao, ya sabes que sí, además, ya me hace falta, me dijo mi hermana contenta, antes de colgar.

Arranque la moto, y claro, mi hermana ya contaba con que no me negaría, ella misma usaba mi piso de picadero en sus escapadas con las amigas a la gran ciudad, con el marido feo y poco atento sexualmente, era lógico.

Ya sabía que casi nunca estaba en casa, pero me avisaba, y me esperaba para darme las gracias por ahorrarle gastos de hotel.

Y mi sobrina ya venía en el autocar, que creo que adelante en la autopista.

—Hola, cariño.

—¿Pero qué te has hecho en el pelo? —Pasa, pasa, le dije al abrirle la puerta sorprendido de su cambio de imagen.

Su precioso pelo rojo, ahora era negro con mechas azules, me cabreó bastante, y encima no me contestó, sólo dijo un hola con voz cansada, y pasó con sus cascos de música y su maleta con ruedas.

Creo que las llama Nemo, pero yo la veía como una gótica con toques de color.

Se paró en el pasillo, y me pregunto cuál era su habitación, se la señale y se metió dentro cerrando la puerta.

Aquí empezó todo.

—Oye.

—¿De qué vas, tía? —Que no soy tu casero, soy tu tío y tu padrino, así que quítate esto y me lo cuentas todo en la cocina, con unas cervezas fresquitas, eso también.

Acabe la frase tirando sus cascos de música a la cama, viendo su cara asustada, pero sonriendo al oírlo de las cervezas.

—¿Sigues igual de loco, Tito? Pensaba que me ibas a soltar una hostia, me dijo al rato, después de que terminara.

Comentarios de La sobrina fea p1. 5b4b57

Este programa no acepta comentarios anónimos. ¡Regístrate para comentar!
Te recomendamos
Ir a Pareja y relaciones