NO NACEMOS MACHOS 2 - Soledad Masculina l6a58

Pero es que no es lo mismo ser un buen hombre que ser bueno siendo hombre.

El hombre alfa es un hombre que tiene la capacidad de ser agresivo.

Ser un hombre es no fallar. Ser un hombre es sufrir por todos. Sufrimiento es lo que crea un ganador, no es que sufrí para hacerte más fuerte.

¡Lo voy a volver un alfa! No nacemos machos.

Con Ulises de Nuevas Masculinidades México, una producción de La Espora Loca.

1, 2, 3, listo, ya está.

Buenas tardes a toda la bandota.

Hombres que se cuestionan, hombres que tienen dudas, hombres que quieren conocer lo que viene siendo esto que nos manejan de la masculinidad.

¿Qué otras posibilidades hay? Les doy la bienvenida a todas las personas que están buscando un lugar donde cuestionarse y también para su desarrollo y su crecimiento.

Y para los que quieren venir aquí nomás a ver qué mamá dicen estos shaos, pues bienvenidos.

Bienvenidos también.

Esto es No Nacemos Machos, soy La Espora Loca.

Presento a mi co-conductor, Ulises Figueroa, de Nuevas Masculinidades México.

Hola Ulises, ¿cómo estás? Hola, hola. Bien, bien, bien. ¿Tú qué tal? Gracias, gracias por el espacio y aquí también por la presentación.

Pues, ¿qué te digo? Está difícil el tema, el tema que cuando lo propusiste me puse a investigar.

No, sí es un tema, un tema sasazo que nos atraviesa los hombres en muchas avistas.

Y vamos a, pasemos al primer slide que es este, ¿no? Para las personas que nos escuchan en podcast, que no pueden verlo, escúchenos en YouTube para que puedan ver los slides.

Pero primero les voy a describir lo que tenemos aquí.

Es este meme del señor, del güey que se está pintando la cara de payaso y se pone la peluca, ¿no? Entonces al principio se está poniendo la base blanca y dice, las mujeres dan cringe, ¿no? Dan estupor las mujeres.

Y luego se pinta los labios y los ojos y dice, la empatía da cringe, da estupor.

Y luego se pone su peluca de payaso, ¿no? Ya con el maquillaje y dice, he convertido el odiar a todos y a todo en mi personalidad.

Y ya con su nariz de payaso al final dice, híjole, hay una epidemia de soledad masculina.

¿Por qué será? ¿Por qué será? ¿Por qué será? Y además sí quiero problematizar sobre eso de que digan, epidemia, la epidemia de soledad masculina.

En realidad es una epidemia para quién, ¿no? Los hombres, los hombres claro que padecen la soledad, pero adivinen qué, para las mujeres no es una epidemia.

Es más, para las mujeres la soledad masculina no está representando el problema que está representando para los hombres.

Entonces, a mí me parece que decir que es una epidemia es como que...

En el sentido de que está muy distribuida como una enfermedad o algo así, pues bueno, todavía.

Pero verdaderamente solo es una epidemia, solo es una afectación en mayor parte para los hombres.

Pero de eso vamos a ir hablando. ¿Qué opinas de esto Ulises? Sí, es todo un tema del entendimiento de esta situación de epidemia, ¿no? ¿Cómo es que los hombres hemos configurado nuestra visión sobre las mujeres, sobre la empatía, sobre las relaciones? Primero ridiculizándolas, ¿no? Ay, si las mujeres son bien ridículas, las relaciones entre personas son ridículas, la empatía es ridícula.

¿Por qué voy a tener algún tipo de compasión o algún tipo de, pues nada más un sentimiento o entendimiento de dignidad con otra persona? A mí no lo voy a, digamos, capitalizar, ¿no? ¿Por qué voy a tener empatía con alguien que no conozco o que no me cae bien si no voy a obtener nada a cambio? ¿Por qué? Entonces, sí, definitivamente, a partir de ese odio, aislamiento o incluso nada más la desensibilización con respecto a otra persona, se produce ese aislamiento y ¡oh! de repente tenemos esta epidemia masculina de soledad que curiosamente sí se entiende como algo malo únicamente para los hombres y dices, bueno, dentro de la heteronorma, ¿no? Si hay una epidemia de soledad masculina tendría que haber, ¿no? Una epidemia de soledad femenina, ¿no? Dentro de esta misma visión heteronormativa, pero no es así porque precisamente esta situación nos muestra un montón de banderas rojas que tenemos los hombres al momento de relacionarnos, no solamente con mujeres, sino con las personas que tenemos a nuestro alrededor.

Y sí, me parece complicado señalarlo como una epidemia de soledad en este sentido.