Merecer y reconectar con el dinero - Viernes 06 de Junio de 2025 6x5349

Bueno, pues seguimos, seguimos con más temas, más temas que nos ayuden a crecer.

Y ahora nos conectamos con Vero Santos.

Era ella.

Vamos a hablar de merecer y de conectar con el dinero.

Y es conferencista, escritoras y bueno, pero cómo estás corazón? Estoy feliz, feliz de estar de nuevo aquí contigo, Adriana.

Qué gusto escucharte.

Gracias por esta súper invitación.

Saludos a todos los que nos están escuchando.

Oye, quiero darte las gracias por las orquídeas que me mandaste.

Ah, pero no, no ve todo lo que me dobraron hasta ayer.

Ya se secaron. Imagínate todo el tiempo.

Sí, sí, no las conocía.

Y guau, qué hermoso. Muchas gracias.

Y luego retoñan también. Sí, sí, sí, sí.

Ahí las tengo.

Bueno, pues vamos a hablar de merecer y de conectar con el dinero.

Por qué? Porque hay personas, fíjate bien, que o se desquician con el dinero y le dan el poder de Dios.

Eso es avaricia.

O tienen una mentalidad de miseria.

Porque la mayoría de la gente, Adriana, no se entrena, no se educa.

Entonces mucha gente que llega a tener dinero como no se entrenó a nivel interno, a nivel del ser, no hizo este trabajo espiritual, este trabajo de conciencia, del dominio emocional.

Entonces, qué sucede si nunca tenían dinero? Bueno, pues al no tener ese dominio personal, al no saber el valor que ellos tienen como seres humanos, pues empiezan a hacer mal uso del dinero.

Adriana, a mí me sucedió.

Yo reconozco con humildad que cuando yo no tenía todo este crecimiento personal, este trabajo interno, hice mucho desastre.

Cuando tuve dinero, Adriana empecé a sentirme más que todos.

Fíjate, me empezó a ir después de dormirme en petates, de estar ahí en mucha, mucha pobreza material, mucha pobreza de verdad fuerte.

Cuando empieza a irme bien en las conferencias y eso que yo ya hacía a cierto nivel, no este trabajo interno, pero no a un nivel profundo, no a un nivel espiritual profundo.

Entonces, qué sucedió? Que empiezo a ganar cinco mil dólares mensuales.

Imagínate a mis 25 años y empiezo a hacer mal uso del dinero.

Entonces me empiezo a sentir más que que más que otras personas.

Empiezo a sentirme arrogante, a volverme arrogante, Adriana.

Y fue ahí en una etapa donde viene mi divorcio, vienen muchas cosas negativas.

Pero reconozco que fue a raíz de toda esta falta de preparación interna.

Pero fíjate, para mí fue una gran lección.

Después de haber empezado a generar ya más de cinco mil dólares mensuales que para una chavita de 25 años, pues no estaba nada mal.

No es un dineral, es un dineral.

Entonces imagínate todo, todo el mal uso que le di el dinero al dinero por porque yo no sabía realmente que mi valor viene de adentro, no viene de las cosas materiales que tengo, no viene del lugar, la zona donde vivo, sino de ser este ser espiritual, hija de Dios, con valores, con pues con un poder personal, con una valía enorme, no que no depende de nada externo.

Entonces quise yo poner mi valía en más cosas externas, más cosas externas.

Mi búsqueda externa aumentó mucho más.

Y bueno, pues viene todo este desastre.

Ahí te digo me divorcié, quedé en quiebra completamente.

Tomé muy malas decisiones.

Hice una inversión con unos socios que a los tres meses me dijeron pero ya no hay nada de dinero y no hay manera de recuperar.

Perdí mis ahorros.

Justo me estaba divorciando.

Me cancelan todas las conferencias que yo tenía.

Y fue de verdad quedarme en ceros y volver a empezar de ceros.

Y ahí sabes que me llevó esa gran lección.

Me llevó otra vez hacia mi interior a sanar muchas cosas, porque como yo no había hecho a profundidad este trabajo de realmente sanar muchas cosas de mi pasado, no había terminado de de de asumir la responsabilidad de todo lo que viví con mi papá, seguía con cierto rencor hacia él de que él se había ido cuando yo tenía seis años. Entonces esta situación de quiebre me llevó otra vez hacia adentro a ver mis heridas no sanadas, a valorarme.

Porque ahí es donde te preguntas a ver quién eres.

A un dinero.

¿Quién eres? Y te das cuenta que sigues siendo la hija de Dios, que eso no te define y que puedes volver a levantarte, volver a empezar.

Pero ahora con los pies sobre la tierra, sin importar qué tan alto crezcas, sin importar qué tan alto llegues.

No entonces.

Por eso la gente piensa que el dinero es malo, pero no es que el dinero sea malo, es que las personas que que empiezan a