Lunes 2 de junio - Juan 16, 29-33. Tened valor: yo he vencido al mundo. 1f213p

Tened valor, yo he vencido al mundo. Es muy impresionante esta afirmación de Jesús cuando manda a los discípulos, y al mundo entero, y bautizado de los hombres, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, yo estaré con vosotros todos los días, y no tengáis miedo. Os van a perseguir, os van a tratar mal, os van a ridiculizar, os van a intentar expulsar. Yo he vencido al mundo.

Es decir, Jesucristo es mucho más poderoso que cualquier ideología. Jesucristo es mucho más poderoso que cualquier movimiento político, social, no importa. Él ha vencido con su resurrección y con su ascensión al cielo, ha vencido todos esos esquemas mundanos que realmente odian al cristianismo. Mirad, el demonio odia a Jesucristo, y odia a los que aman Jesucristo, es decir, a la humanidad, pero de un modo especial a los cristianos.

Y el mundo también lo odia, porque el mundo es el hijo predilecto del demonio. Es donde reina el demonio, es donde él esparce esas semillas maldita o malvada de las envidias, las violencias, las codicias, pues todo ese mundo que como que destruye y que deshace al ser humano. Pero Jesucristo es el león de la tribu de Judá, Jesucristo es el que ha vencido al mundo.

Y pues dice, tened valor, yo he vencido al mundo y estamos de algún modo en el ejército del que va a vencer, del que ha vencido. Todos somos conscientes que en el mundo se está librando una batalla entre el bien y el mal, entre las tinieblas y la luz. De hecho, todas las películas de cine, todas las novelas así, siempre ese mismo argumento, los malos contra los buenos.

Y claro, nosotros en principio queremos estar en el lado de los buenos. ¿Y quiénes son los buenos? Aquellos que acogen la bondad de Dios. No con la propia bondad, sino con la bondad divina, con la fuerza divina. No con nuestras fuerzas, nosotros no hacemos estrategias, nosotros no podemos vencer al mundo con nuestras ideas, con nuestros recursos.

El mundo es mucho más poderoso que nosotros, tiene mucho dinero, tiene muchos recursos, tiene muchos intereses. La gente pacta con el mal para triunfar. Y nosotros no podemos utilizar esas metodologías ni esos argumentos. Nuestra fuerza, Cristo. Nuestro método, el amor. Nuestro instrumento, el sufrimiento y la cruz y el perdón, renunciando a la venganza.

Y eso vence al mundo, como los mártires vencieron al mundo, como todos los santos han sido una prueba evidente de que al mundo se le puede vencer no con las armas del mundo, sino con las armas de Cristo. Por eso cuando te ataquen, cuando se rían de ti por ser cristiano, cuando te cuestionen, cuando te ridiculicen, ah mira que va a misa, ah mira que reza, ah que eres católico, tú tranquilo.

El Cristo que está dentro de ti, el Cristo que vive contigo, es mucho más poderoso que el juicio de cualquier persona negativo sobre ti. Esa persona no te va a dar la salvación. El mundo no te va a salvar. El mundo te esclavizará más y llevará a unas tinieblas angustiosas. Pero podemos tener valor, porque Jesús lo ha dicho, Jesús ha vencido al mundo.