EP28. "Los buenos nunca ganan, son sepultados con principios" 4a96z

Somos buenos hasta que algo nos tienta, nos amenaza o nos conviene. La moral, como la sombra, se alarga o se encoge según la posición del sol. La moralidad humana no es una ley universal que rige con coherencia en todo momento. En lugar de eso, es una construcción moldeable influenciada por entorno, presión social, cultura, supervivencia y conveniencia personal.

Lo que hoy consideras inaceptable, mañana, puedes justificar con sorprendente facilidad.

Si las circunstancias son las adecuadas, respira profundo. ¿Ya estás aquí? ¿Y si estás escuchando esto, es porque también has metido? ¿Has juzgado con el seño fruncido, mientras escondías las manos sucias? Todos lo hacemos, ¿no es así? Nos creemos buenos, nobles, éticos, humanos, hasta que nos duele. Hasta que a alguien nos toca lo que amamos. Hasta que hay hambre, deseo, poder.

Y entonces, ¿la moral? Esa moral que predicabas con tanto orgullo, se dobla, se curva, se arrastra. Todos tienen un precio. A veces es dinero. A veces es amor. A veces. Solo es no sentirse solo. Yo nunca haría eso, dijiste una vez, ¿lo recuerdas? Hasta que lo hiciste. Hasta que fuiste capaz de destruir a alguien solo para sentirte bien, o para no perder.

Y si aún no lo has hecho, espera, porque llegará el momento. Porque todo ser humano tiene un interruptor, y cuando lo activan, la moral se hace polvo. Pregúntate, ¿a cuántos has condenado por hacer lo que tú hiciste en secreto? ¿A cuántos señalaste solo porque tu dolor necesitaba un enemigo? ¿Por qué eso hacemos los humanos? ¿Cambiamos de máscara según la ocasión? ¿Cambiamos de principios según la presión? Y luego, ¿negamos todo? Nos convencemos de que seguimos siendo los buenos. Pero tú sabes la verdad. La viste cuando callaste para no perder. La viste cuando deseaste que alguien se cayera para tu brillar. La viste en ti. Una persona puede decir que mentir está mal, pero mentir, sin remordimiento, si eso protege a alguien que ama, o si la saba de una sanción.

Incluso gente que asegura tener valores inquebrantables puede cruzar líneas cuando su entorno cambia. Guerra. Pobreza. Crisis emocional. Manipulación social. Ideología extrema. Porque vas a descender. No a un lugar, sino a ti mismo. A ese cuarto sin ventanas, donde guardas las cosas que no quieres recordar. Ya estás ahí. Y si escuchas esto, es porque algo dentro de ti también ha sangrado por la boca mientras decía, yo jamás lo haría. Moral. La moral es una vela en una tormenta.

Parpadea hasta que la necesidad sopla más fuerte. Nadie es bueno.

Solo hay gente que aún no ha tenido suficiente hambre, suficiente miedo, suficiente poder en las manos como para traicionarse. La moral es una serpiente que duerme enrollada en sus tripas. Y cuando despierta,