En Ocasiones Veo Fraudes #77 |INFLUENCERS DEL ODIO 6x335d

Libertad de expresión, la llaman ellos. Pero en realidad es otra cosa. La ultraderecha está defendiendo su supuesto derecho a utilizar las redes sociales para insultar, calumniar, acosar y amenazar desde el anonimato. Y sobre todo, para lanzar mensajes racistas, machistas, xenófobos y homófobos. Desde las redes, los medios y la tribuna del Congreso, los de Vox intentan que los ciudadanos confundan la libertad de expresión con la libertad de difamación. El derecho de opinión con el derecho al insulto. Vox, sus voceros y sus organizaciones satélites están criminalizándonos a los periodistas que nos dedicamos a investigar y destapar las identidades de quienes usan Twitter para sembrar mentiras, odio y miedo entre los demócratas.

Los mismos que jalean a Elon Musk por alterar el algoritmo de su red social para que prevalezcan los bulos frente a la verdad, los mismos que se burlan de quienes han abandonado Twitter hartos del estercolero en el que se ha convertido, ahora se disfrazan de víctimas porque estamos sacando a la luz quiénes son los influencers del odio.

Son también los mismos que se escandalizan cuando Twitter cierra sus cuentas por haber lanzado mensajes de odio al tiempo que reclaman a Musk que cierre las cuentas de los que destapamos sus mentiras. Son los que dicen que España se ha convertido en una dictadura donde se persigue a la gente por su ideología, mientras ellos mismos se dedican a perseguir a la gente por su ideología y añoran a voces la dictadura terrorista de Franco.

Son los que piden que llegue un gobierno que devuelva la libertad y ordene a los jueces meter en la cárcel a Pedro Sánchez y de paso a todos los comunistas. Son patéticos, son el cinismo en estado puro. Son la ultraderechita llorona con puño de hierro y mandíbula de cristal. Lobos que se ponen la piel de cordero cuando les quitamos la máscara. Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.

En ocasiones veo fraudes. El podcast de Facua con Rubén Sánchez.

Tras acabar el último programa, como siempre, llame a mi representante.

Oye que me he enterado, me he enterado de que claro, si se te estropean las historias que tienes por culpa del apagón, que te devuelven el dinero. Yo tenía bogavante, tenía gamba, langostinos, tenía necoras, pulpo, queso de tetilla gallego, tenía producto gallego, gourmet. ¿Cómo tengo que hacer para que me gestioneis los de Facua que me devuelvan el dinero? Y no he pagado la cuota. Voy a pagarla ahora mismo, ¿vale? Venga, venga, a ver si llego a tiempo. Que no sabe si llegaré a tiempo.

Venga, nunca se sabe, nunca se sabe. Venga, venga, venga.

¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Comenzamos una semana más y como siempre con tres temas de actualidad.

Los anuncios del BBVA nos pintan como una auténtica maravilla su opa sobre el Sabadell, pero va a ser que no. Desde Facua hemos hecho al gobierno una petición para que rechace esa oferta pública de adquisición que el BBVA ha lanzado al banco Sabadell por el perjuicio que causaría a los consumidores, sobre todo a los más vulnerables, al generar una mayor exclusión financiera. La compra del Sabadell por el BBVA probablemente supondrá el cierre de numerosas oficinas, con la consecuente pérdida de miles de empleos y el deterioro de la ya mermada atención al consumidor, especialmente en zonas rurales.

Además, la absorción del Sabadell supondría, como ya ha ocurrido en otras operaciones similares, una limitación del a los servicios bancarios para los s porque tendrían menos ofertas a su disposición. Si perdemos un banco como el Sabadell, sus mejores ofertas en el mercado no van a ser precisamente las que emite el BBVA, sino sencillamente desaparecerán para los consumidores.

Las experiencias que ya hemos vivido en operaciones de concentración bancaria han supuesto siempre un empeoramiento en la calidad y accesibilidad y una reducción de los servicios.

La cuestión es si nos preguntan a los consumidores para qué queremos una operación de este tipo, pues no, no la queremos para absolutamente nada. ¿De qué nos beneficia? Que haya menos entidades financieras, menos marcas de bancos dando ofertas a los consumidores y, sobre todo, menos oficinas abiertas al público. En lugar de imponer medidas a la banca para garantizar la apertura de un número mínimo de oficinas en determinadas zonas, se les regala el dinero de todos los ciudadanos para que nos hagan el favor de poner, por ejemplo, un simple cajero en un pueblo totalmente desatendido.

En FACO entendemos que las condiciones que ha impuesto la Comisión Nacional de los Mercados y la competencia para la OPA son insuficientes. Es más, si no se le da el oportuno seguimiento, es previsible también que terminen incumpliéndose. Está muy bien que el Gobierno haya lanzado una consulta pública sobre la OPA. Ahora la cuestión es que, finalmente, la decisión que tome esté basada en los intereses de todos los ciudadanos, no de los grandes accionistas que tiene el BBVA.

Otro asunto. Nueva demanda judicial que hemos ganado a las aerolíneas por el recargo ilegal del equipaje de mano. En este caso, ha sido el juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Vitigudino, en Salamanca. Ha condenado a Ryanair a reembolsar a una socia de FACO a los 147 euros que tuvo que pagar en total para poder viajar con el equipaje en cabina en 5 vuelos que tomó entre 2010 y 2019.