08-"Las crónicas de Esther" de Vicente García. Capítulo 8. Audiolibro. Distopía. Ciencia Ficción. c5h4m

Capítulo 8. Caminaron media hora por la ciudad en dirección al centro. La gente los contemplaba con extrañeza, mientras deambulaban por aquellas calles impregnadas de un aspecto decadente.

Cables caídos, muros derribados, paredes agrietadas o tuberías rotas, predominaban el trazado de aquellas vías, mientras las carreteras estaban invadidas por la vegetación y mal asfaltadas. No tardaron en llegar hasta una concurrida plaza, donde habían instalado un gran mercado, en el que se comerciaba con todo tipo de productos, desde comida a ropas o animales. Caminaron más allá de la plaza y pasaron por delante de un enorme obelisco, hasta alcanzar unas escalinatas planqueadas por columnas que conducían a una biblioteca.

-"Hemos llegado", dijo Richard, que caminaba a la cabeza de la comitiva.

Aquel lugar era un sueño hecho realidad para Jack. Mirar adonde mirara, lo único que veía eran libros, de todos los tipos, tamaños y colores, apilados por el suelo o emplazados en altísimas estanterías, que lo dominaban todo.

-"Bienvenidos a Alejandría", dijo un señor que apenas alcanzaban a distinguir desde el fondo de la habitación. -"Aunque me bautizaron como Rodowasaki al nacer, todos me conocen como Ptolomeo". Jack se aproximó entusiasmado hasta Ptolomeo, con intención de saludarle, pero cuando logró verle, sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo. -"¿Usted? ¿Usted?" fue lo único que consiguió balbucear.

-"Sí, estoy vivo, y esto que ves se denominan arrugas", respondió condescendiente, como si aquella no fuese la primera vez que le sucedía.

-"Imagino que allí de donde vienes no habitará gente de tanta edad como yo".

-"Es la primera vez que veo a alguien con una cara tan arrugada", dijo Jack, algo más calmado.

-"Tu rostro se parece a un pergamino", dijo Esther, tentada de tocarle.

-"¿Duelen?" -"No, en absoluto, y lo mío me ha costado ganármelas, casi 100 años".

-"¿100 años?" preguntaron los tres al unísono, provocando una sonrisa en Ptolomeo.

-"Eso calculo, perdí la cuenta hace tiempo". -"¿Pero no puede existir gente tan mayor? ¿No te han mandado al exilio?", preguntó Esther confusa. -"No me han mandado a ningún lugar, porque mi sitio es éste, aquí es donde he escogido estar. Pero si mis cálculos no son erróneos, debiste de vivir el proceso de creación de Iris hace alrededor de siete décadas", reflexionó Alexa. -"¿Siete décadas?", preguntó Ptolomeo, siendo él esta vez el confundido. -"La implantación de Iris es muy anterior a siete décadas, no sé quién nos habrá contado esa patraña". -"¿Patraña?", preguntó Esther.

-"Mentira, bulo, falsedad. Iris existe desde hace más de 100 años, desde antes de que yo naciera". -"Pero nos dijeron que naciste antes que Iris", dijo Jack sin comprender nada. -"Eso sólo es un mito que me gusta mantener". -"¿Pero no es posible que Iris nos haya mentido respecto a su implantación? No puede ser tan antigua", afirmó Esther sin creérselo. -"¿Ves factible que tanta destrucción sea posible en tan poco tiempo, mi querida niña? El ser humano puede ser devastador, pero no tan eficiente", ironizó. -"Calculo que, como mínimo, tiene un par de décadas más". -"Eso explicaría mucho".