La de todos- Episodio 4- Julián Bravo 'Una vida en la publicidad' 1j6m3w

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Julián Bravo. Una vida en la publicidad. Editorial Fragua. Texto, Raúl Egizábal.

Narración, Luis Egizábal.

Volviendo una y otra vez a la historia de la publicidad en España, he llegado a la conclusión de que a lo largo del siglo XX ha habido en este país tres nombres fundamentales.

Fundamentales no ya por lo que hicieron ellos personalmente dentro de la profesión, sino por lo que contribuyeron a que otros hicieran.

Es decir, fundamentales por su prestigio, por su magisterio y por su proyección.

Estos tres nombres son Prat Gaballí, Emeterio Melendreras y Julián Bravo.

El primero cubre los años que van desde el arranque del siglo hasta la Guerra Civil.

Prat Gaballí dirigió agencias como Fama, Veritas, Oeste, escribió libros influyentes, dirigió revistas como Comercio y Fama y una colección de libros en la que se publicaron textos fundamentales.

A Melendreras le tocaron los peores años, los de la posguerra, en los que ya simplemente que existiese publicidad era una heroicidad.

En aquella situación tan complicada no solo fue capaz de fundar una agencia influyente, Azor, en 1940, sino que organizó y dirigió la revista Arte Comercial de 1946 a 1952, casi el único órgano de la época que se preocupó por mejorar la publicidad que se hacía en nuestro país.

Además, Emeterio Melendreras participó en la fundación de la Asociación Española de Anunciantes, fue el primer director de la revista Publicidad que editaba el Instituto Nacional de Publicidad y escribió, entre otros, el texto 15 carteles para la historia, catalogó el Museo Gal y realizó la exposición 100 años de cartel español.

Julián Bravo es el publicitario que por sí solo ocupa las últimas décadas del siglo XX.

Su vida profesional ha transcurrido como correspondía a la época, en el escenario internacional.

Empezó en Publinsa, entonces ya asociada a Kenyon a Neckhart, pero fue sobre todo su etapa desde J. Walter Thompson la más brillante e influyente de este publicitario, agencia en la que fue presidente ejecutivo en España y vicepresidente de J. Walter Thompson Internacional.

Los tres, Prat Gabayí, Emeterio Melendreras y Julián Bravo, se dedicaron a la docencia de la publicidad.

Prat en la Escuela de Comercio, Melendreras en el Centro de Instrucción Comercial e Industrial y Julián Bravo desde la Escuela Oficial de Publicidad, la Facultad de Ciencias de la Información o la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, entre otros centros.

Ninguno de los tres fue creativo, al menos en el sentido que se le da hoy al término en el trabajo publicitario.

Los tres fueron unos intelectuales del oficio publicitario, es decir, que no solo lo ejercieron sino que también reflexionaron sobre él.

Los tres han sido mucho más que publicitarios.

Prat fue un notable poeta, Melendreras excelente dibujante y director de una galería de arte y Julián un intelectual completo.

Da lo mismo el tema.

Él siempre ha demostrado un conocimiento profundo y respetuoso de todas las cuestiones, de los hechos y de las ideas.

Pero de los tres, Julián Bravo ha sido quizá el que más influencia ha tenido por su espíritu y por sus acciones.

Además, gracias a su editorial Eresma, en la que publicó clásicos y contemporáneos de la publicidad, abarcó diferentes oficios que conforman esta profesión.

La planificación, los medios, la dirección de arte… Y elevó la publicidad a la categoría y al rigor que tiene en otros países y singularmente en los Estados Unidos.

No quiero decir con esto que tan solo estos tres nombres llenen toda la publicidad española.

Hay otros y probablemente cada uno tendrá el suyo.

Pero sin duda nadie pondría pegas a estos tres.

El problema más grave de lo que han escrito o dicho muchos publicitarios, y más todavía en España, es que no han hablado de publicidad en sus libros y artículos, sino que han hablado de la publicidad.