Surfeamos el Kali Yuga, con Javier Fernández 25f3n

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Tenemos con todos nosotros el placer de compartir espacio con Javier Fernández, del más que interesante y recomendado canal Surfeando el Kaliyuga.

Javier es doctor en bellas artes, profesor de arte y música, e investigador en sanación holística, terapia transpersonal, tradiciones espirituales ancestrales, musicoterapia, mitología histórica y psicología.

En primer lugar, Javier, un gustazo compartir espacio contigo y agradecer de antemano la colaboración.

En tu canal haces referencia a un lugar en el cual poder compartir aprendizajes que rasgan velos y empoderan en tiempos de fin de ciclo, algo con lo cual no puedo estar más de acuerdo.

Y es que bajo mi punto de vista nos encontramos en tiempos de alguna manera cruciales, en los cuales se está produciendo una clara escisión entre los propios seres humanos.

No de una manera negativa, divisoria o de enfrentamiento, sino en todo caso una elevación de conciencia y conocimiento ante muchas cuestiones.

Antes de entrar en materia, Javier, me gustaría que tú mismo pudieras presentarte y contarnos los grandes rasgos que te llevó hacia el mundo de la divulgación y poder compartir conocimiento, al igual que tus propias inquietudes y pasiones.

Muy bien, pues nada, aquí andamos, un placer estar en tu canal.

Y como bien comentabas, ya tengo el canal Surfeando el Cali Yuga, en el que estoy virtiendo aprendizajes, que voy poco a poco ensamblando, sin más pretensión que compartir, porque para mí compartir es precisamente integrar y de esa manera experienciar.

Lo que trato es vivir a partir de ese marco de realidad que voy poco a poco ensamblando y que a todas luces se presenta apasionante en esta época tan convulsa que estamos viviendo.

Por mi parte, antes que nada, la manera que me gusta de definirme es simplemente como un libre pensador.

Soy un ser humano muy sencillo, pero me gusta que me dejen pensar de forma libre.

A partir de ahí, desde esa inquietud que se manifestó desde muy niño, fui configurando una forma de ser muy marcada por lo artístico.

He sido durante muchísimos años dibujante, pintor, y así hasta que la música llamó a mi vida y poco a poco fui cobrando forma hasta el día de hoy que sigo, me dedico a la docencia musical, como comentabas.

Desde hace ya muchísimos años, sobre todo a raíz de ir transitando eso que llaman la noche oscura del alma, que duró muchos años, me vi prácticamente empujado a ir conociéndome, a ver por qué no funcionaban determinadas cuestiones dentro de mi proceder.

Y ello me llevó a conocer a una serie de autores, entre los que destaco a quien sigue siendo uno de mis mayores referentes, que era el psicoterapeuta catalán Antonio Blay, que era un hombre que ya en pleno franquismo te hablaba de desprendimiento corporal, te hablaba de yoga de una forma muy rigurosa y profunda.

Y una cosa fue llevando a la otra hasta que en aproximadamente 2012, ya había pasado el 11 de septiembre, por supuesto aquello fue un colapso en cuanto a disonancia cognitiva, pero en 2012 llegó a mis manos un documental muy censurado que se llama La maldición de la Mona Lisa, que te recomiendo y os recomiendo a todos, en el que el crítico de arte australiano, ya fallecido, Robert Hughes, destapaba lo que eran los desmanes cuasi psicopáticos del mercado del arte.