Programa 194 - ¿TEMPLARIOS EN LA PATAGONIA? 124g1j

Cuenta una leyenda, a caballo con el enigma histórico, que un 13 de octubre de 1307, una flota de los templarios huyó de forma apresurada desde el puerto que tenían en La Rochelle, en Francia. Una docena de barcos, que inarbolando en la vela la famosa cruz templaria, se adentrarían en aguas atlánticas huyendo de las persecuciones del rey de Francia, Felipe IV el Hermoso y del Papa Clemente V.

Los caballeros de la orden del temple, creados oficialmente para defender a los peregrinos en tierra santa, se habían hecho muy poderosos a medida que avanzaba la Edad Media. Por ejemplo, medio París estaba en su poder, y por si fuera poco, crearon la primera banca que hubo en Europa, más allá del poder que tenían cuando empuñaban la espada en nombre de Dios. Por tanto, se decía de ellos que tenían más poder que el propio rey de Francia y desde el Vaticano se los miraba con cierto recelo.

Eso sin olvidar ese aura diferente que siempre había recubierto a los templarios. ¿Qué encontraron en las ruinas del templo de Salomón? ¿Realmente eran los custodios de un conocimiento superior? ¿Quizá fueron los guardianes del Grial? Nunca lo sabremos. Pero la leyenda nos cuenta eso, que una docena de embarcaciones templarias partieron desde La Rochelle, el puerto templario por Antonomasia, huyendo de lo que se les venía encima, o quizá también protegiendo sus tesoros, que serían unos cuantos. Sin embargo, ¿a dónde fueron a parar estos caballeros? ¿Cuál era el enclave de desembarco de estos monjes guerreros? Son muchas las preguntas que se pierden entre los muchos enigmas que rodean a los templarios.

Unos dicen que la flota fantasma, como así la llaman en Francia, partió hacia Escocia, donde se halla la famosa capilla Roslin y todo vinculado, como no, a lo que alimenta Dan Brown en el código da Vinci, ¿no? Así que hay quien dice que fueron a parar a suelo escocés. Luego también tenemos la opción de Portugal. Nuestro país vecino siempre tuvo muchos lazos con los templarios, de hecho, el reino de Portugal prácticamente lo fundan ellos junto con Alfonso Enríquez y la cruz templaria es la que aparece en el escudo de Portugal, ¿no? Pero también la primera fortaleza que los templarios tienen en su propiedad, incluso mucho antes que San Juan de Acre, que es esa que encontramos en Tomar, un enclave templario a más no poder.

Y una vez que el templo es disuelto, el rey Dondinís los enmascara bajo la orden de Cristo. Es más, los más heterodoxos, y esto muy pocos lo conocen, dicen que Portugal viene de Porto do Graal, es decir, el puerto del Grial. Así que no hubiera sido una mala opción que la flota templaria que parte en 1307 desde la Rosel hubiera recalado en suelo luso. No obstante, hay otra hipótesis más arriesgada, más controvertida, por qué no decirlo, más fascinante, que cuenta que esos templarios no buscaban amarrar en puertos europeos. Su meta estaba más lejos, mucho más allá del viejo continente. Su destino estaba más allá del Atlántico, cuyas aguas se tornaban en desconocidas para el común de los europeos, pero quizá para ellos no.

Una tierra arcana, de la que posteriormente se ha dicho que traían todo el oro que tanto recelo despertaba en el rey de Francia y también en el papa. Un oro que vendría del gran secreto que los templarios tendrían, según esta misma teoría. Un gran secreto llamado América. La supuesta vinculación de los templarios con América da para un episodio entero. Realmente eran conocedores del continente americano, y de ser así, mantenían os transatlánticos en una ruta oceánica que sólo ellos conocían y explotaban. Como saben, han sido muchos los autores y los investigadores que han explotado esta teoría, y para ello, pues aportan muchos enclaves y ubicaciones de presunta presencia templaria en América.

Y uno de esos puntos precisos nos hace viajar al corazón de la Patagonia argentina. Una Patagonia que ya de por sí también es misteriosa y legendaria, y si no, ahí están esos enigmáticos patagones que según el cronista de la expedición de Magallanes, Antonio de Pigafetta, eran poco menos que gigantes. Unos patagones gigantes que con el tiempo aparecerán además en más crónicas de exploradores marinos y aventureros. Dejo apuntado aquí como pendiente un futuro programa sobre la Patagonia misteriosa y legendaria porque tendría mucha amiga. Pero de momento vamos a centrarnos en un punto concreto de estas tierras argentinas.