
Descripción de Paulino cumplió 100 años y se portó 5u4or
Paulino pasó el pasado martes un día inolvidable. Rodeado de todos los vecinos de su pueblo y acompañado de su familia, nos habló de lo feliz y contento que estaba. Terminó bailando con Tere, una de las vecinas que tanto le quieren. También cantó alguna canción subida de tono que nunca le habíamos escuchado y no dejó de charlar con la gente que a hasta él se acercó. Que tiene la cabeza perfecta es algo que notas en cuanto conversas un rato con él. Que el cuerpo no le va a la zaga lo demuestra que, tras estar un buen rato sentado, se puso de pie para seguir charlando con pequeños y grandes. La Junta vecinal de Puente Arenas le regaló una placa con dos de su fotos impresas, Jesús Moya un cojín porque "los años son para sentarse en ellos", el Ayuntamiento de la Merindad un ramo de flores y Radio Valdivielso un libro sobre el románico del valle y una camiseta. El mejor regalo de todos fue el amor del vecindario y los besos que, como Paulino dijo, fueron tantos que "casi le quitan el lustre de la cara". También los más pequeños del pueblo le dieron una planta con un mensaje que le invitaba a no dejar de soñar nunca. 6b3g5z
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
A diferencia de lo que pasaba ayer, hoy, imagino que nadie llamará para felicitar a Paulino, pero lo haré yo, porque hoy Paulino cumple 100 años y un día. Y es verdad, eso de que año a año es una frase que cuando uno llega a cierta edad soleis respetir. Imagino que Paulino también dirá, bueno, pues un añito más, otro añito más, pero yo creo que en la vida, especialmente cuando uno tiene esa edad, aquí hay el tópico de levantarse y decir gracias por poder vivir otro estupendo día, otro maravilloso día, más si, pues como hoy, te asomas, abres la ventana y tienes Valdivierso ahí, a tus pies, con esa exuberancia que parece ya salvaje, con esos verdes, con esas flores, con eso que es en definitiva poder estar en el paraíso, que es donde estamos.
Toda una vida, desde luego, la que llevamos compartiendo por aquí, desde Valdivierso, con tantos y tantos acontecimientos que hemos vivido. Hemos celebrado algunos centenarios, me acuerdo el de Alfonso Henoz, me acuerdo el de Gaspar, por citar los últimos, me acuerdo el de Matilde, que creo que fue el primero que yo al menos compartí por aquí.
Y ahora en esa lista de celebraciones, en esa lista de encuentros con gente tan maravillosa y tan lojeva, pues como no, sumamos la de Paulino, que es ya para siempre una de esas jornadas que no vamos a olvidar nunca. ¿Por qué? Pues por todo lo que nos ha dado. Ayer era precioso acercarse allí hasta el jardín de su casa, de esa casa familiar que en su día.
Lipeicitas, su pueblo fueron formando, fueron llenando de amor, llenando de lugares y de historias que están ahí rodeadas. Allí decidieron, en este caso la familia, muy especialmente como no, sus sobrinas Marga y Marian, pues hacer que todo, que todo fuera hermoso, que todo fuera acogedor, que todo fuera generoso, como siempre en un caso como esto.
La disculpa, en fin, para picotear un poco, por supuesto, para tomarnos algo también a la salud de Paulino, pero sobre todo, ¿no?, para rodear de cariño y de amor a quien generosamente lo ha dado también a lo largo de su vida.
Y eso era, supongo, lo que más flotaba en ese ambiente ayer, más allá de que, hasta la tarde, ¿no?, quiso quedarse hermosa.
Hasta la tarde quiso, pues eso, darle ese regalo especial, porque siempre decimos, bueno, el tiempo mejor o peor no va a quitarle brillo a la fiesta, pero sí puede, ¿verdad? Temperatura ideal, luz magnífica, y luego, cómo no, Paulino elegante, con esa corona que no se quitó en toda la tarde, con ese 100 que presidía su frente y con esa banda, la banda de cumpleañero.
Ayer ya compartí alguna foto, bueno, estamos con internet, que a veces a mí me desespera, en la que se le veía, pues eso, celebrando, en una imagen, con ese cartelito que incluía uno de los regalos que ayer recibió de los más pequeños de Puente Arenas, ese que decía nunca dejes de soñar.
Paulino también brindó, brindó y se tomó un vinito.
Luego le escucharemos, que yo no conocía la faceta en la que hubo un tiempo, en la que, bueno, supongo que como muchos, por lo de tomarse vinos por el valle, era algo que hacía habitualmente el fin de semana, en fin, le alumbraba también en ese ambiente que a veces la ingesta de vino nos produce a todos, ¿no? En fin, ese cariño, hacía ese hombre bueno al que ayer describíamos a través de esa canción, nos volvió a juntar y nos volvió a demostrar ayer la tarde que Paulino está en plena forma, en plena forma física y mental.
Dirás tú, bueno, malunidas, no siempre, claro, digo lo de mental porque cualquiera que se ponga a hablar con Paulino, pues se da cuenta de que, en fin, de que su memoria, de que su manera de hablar, atropellada, de esa manera que es muy de Paulino, demuestra que, en fin, que la cabeza, ¿verdad, Paulino? La tienes muy bien, muy bien.
No, los cien años no han doblegado esa memoria.
Ese humor tan peculiar que él también tiene, y tampoco han doblegado su espalda ni su sonrisa, como digo, dos de sus características.
Verle siempre arguido, pues es el mejor ejemplo.
Ayer, de hecho, estaba sentado en su particular trono, a veces en su fotocon, eso que también a veces se hace, y bueno, pues eso, con cuidado, bueno, no, que no se levante, luego el día se levantó y se pasó, yo creo que, no sé si una hora, pero un buen tiempo, un buen rato de pie, charlando con unos y charlando con otros, sí, día inolvidable, lo vamos a escuchar, eh, le preguntaba qué tal, pues estoy muy contento, estoy muy feliz, ha venido todo el pueblo, todo bien, bueno, acabó bailando, bailando con Tere, que es una de las vecinas que tanto le quieren, porque ayer también algunas les pregunté, bueno, ¿y qué?, ¿y qué decir?, pues nada, pues eso, todos son para bienes, ya se sabe que, ¿eh?
Comentarios de Paulino cumplió 100 años y se portó 4a2561