Pablo Iglesias entrevista Marco D'Eramo, periodista y escritor | A VUELTAS 4g385p

Nuestro invitado de hoy sostiene en uno de sus libros que el turismo es la industria más relevante de nuestro tiempo que expresa además la lucha de clases.

En otro de ellos dice que durante los últimos 50 años se ha completado una gigantesca revolución de los ricos contra los pobres y contra la democracia, siendo los Estados Unidos, como potencia imperial, el centro de esa contrarrevolución reaccionaria.

A vueltas con Marco Déramo.

Marco Déramo, bienvenido a Canal Red.

Gracias.

Hablábamos antes, me decías que una de las explicaciones de la fuerza histórica de la izquierda italiana tenía que ver con la debilidad o la ausencia de una burguesía tan fuerte como la de otros países.

Sin embargo, en alguien de tu generación tiene que vivirse como un contraste enorme la correlación de fuerzas actual en el mundo.

O sea, procedes de una generación en la que se hablaba de revolución, en la que se hablaba de transformaciones sociales, en las que las luchas de liberación nacional ocuparon un espacio que desafió a la propia izquierda europea.

¿Cómo ves el mundo ahora en esa correlación de fuerzas entre lo que se pudo llamar izquierda y el poder creciente de la derecha reaccionaria? Bueno, después de la Segunda Guerra Mundial, según Foucault, hubo un pacto con la Segunda Guerra Mundial.

Ustedes moren por los países, ustedes se hacen matar y quien sobrevive después de la guerra tendrá beneficios, tendrá seguridad social, tendrá pensiones, tendrá enfermedad mutua, etc.

Y este pacto duró 25 años.

Además, también hubo la existencia de la Unión Soviética.

La Unión Soviética fue una cosa terrible para sus habitantes, porque los masacres que hizo, los gulags, etc.

Y después la vida es imposible.

Pero para los que no estaban en el pacto de Varsovia, para los que no estaban en el Cómico, representó un avance, porque los estados capitalistas tenían que hacer un compromiso con sus trabajadores para mostrarles que estaban mejor en su esfera de influencia que en la otra.

Entonces, por ejemplo, todos los países de frontera del Imperio Americano eran historias de éxito programáticamente.

Corea del Sur, Japón, Italia, Alemania.

En particular, Italia era una tierra de frontera por doble sentido, ya geográficamente, porque confinaba con la Yugoslavia, ya políticamente, porque era un partido comunista fuerte.

Por 30 años, Italia podía hacer todo lo que quería, todo lo que era italiano era perfecto.

El cine neorealista italiano era fantástico, incluso los películas malas.

El diseño italiano era la fin del mundo.

Los actores italianos eran famosos.

Ahora no hay actores italianos famosos en el resto del mundo.

El debito italiano estaba, pero no le importaba a nadie.

Todo esto terminó con el muro de Berlín.

Hay un libro muy bonito sobre el paralelo entre Italia y Japón, en el que ambos tenían un régimen casi fascista antes de la guerra.

Ambos perdieron la guerra.

Ambos tuvieron un régimen monopartístico hasta la caída del muro.

Ambos tuvieron un boom económico increíble.

Japón empezaba de más arriba, entonces llegó mucho más arriba.

Ambos tuvieron un problema de mafia, un problema de terrorismo.

Y cuando terminó la Guerra Fría, ambos se bloquearon.

No aumentaron de nada.

Este es el cuadro general.

El cuadro ideológico es que esta situación hizo que a finales de los años sesenta los maestros tuvieran miedo.

En particular los maestros del imperio americano.

Los grandes capitalistas americanos, a un cierto punto, se acordaban de que de sus universidades salían personas que les odiaban, que no les respetaban, que pensaban que eran negativos.

Y esto les preocupó muchísimo.

Entonces, a finales de los años sesenta, digamos, cerca de 1970,