Naturaleza y Dios 3f1u2

Bueno, ¿qué tal? Habitualmente siempre digo que hablo de un tema de mi interés y sí es cierto. Me gusta tomar temas que tienen que ver con intereses muy variados. Hay veces que hablo de lo contingente, de lo actual, que de pronto hay situaciones irrisorias, ridículas, en donde se evidencia una falta de sentido común extremo. Pero eso es lo actual. También me gusta hablar sobre cosas extraordinarias, cosas increíbles. Hay veces que hablo sobre lo espiritual, sobre ángeles, sobre la existencia de Dios, en fin. Y hay temas que me apasionan y este último tema, como les decía, sobre lo espiritual, es un tema que me apasiona mucho y he leído bastante hoy en día con las redes sociales y también con internet. Mucho contenido disperso y nosotros somos los filtradores, por así decirlo. Tenemos que ser capaces de filtrar la información que recibimos. Y tema central, por ejemplo, de Dios, es un tema que siempre está presente, más todavía en esta fecha. O sea, estamos a puertas de vivir la Nueva Semana Santa.

Falta todavía, pero es bueno reflexionar sobre esos temas. La pregunta siempre persiste para muchas personas. La idea del positivismo reduce la existencia o de lo espiritual solamente a un fenómeno subjetivo, en donde el hombre, por una necesidad de sentirse acompañado o sentirse protegido, fue creando deidades. Es así como al fuego le atribuyó poderes mágicos porque le brindaba luz y le brinda calor en las primeras eras de nuestra existencia como hombres primitivos. Luego el árbol o las plantas se transforman en partes de una deidad porque les proporciona alimento. Un árbol les proporciona cobijo para la lluvia o sombra. Luego el sol se vuelve otro elemento poderoso y se transforma nuevamente en un dios, pues entrega luz y ellos lo ven día a día, pero para ellos es dios. Y así la luna y los astros. Y la psicología va ahondando en estos temas y va encontrando ese tipo de respuestas para justificar la necesidad del hombre en relación a ese tema.

La necesidad de algo que esté por encima de él, que lo protege. Y así continúa el avance en el conocimiento humano. Llegamos al desarrollo tecnológico. Aparece la ciencia. La ciencia comienza a escrutar su entorno. La naturaleza comienza a escrutar el universo y comienza a sacar sus propias conclusiones. Y ya cuando se agotan todas esas conclusiones, se agotan todas las explicaciones para explicar el fenómeno X, el fenómeno tal, comienza a pensar más allá. Y lo que era observable de pronto se ve invisible, pues no hay una respuesta lógica. Y al observar toda la creación, todo el entorno natural, la pregunta es ¿cómo puede haber tanta perfección? ¿Cómo nuestro sistema está sincronizado? ¿Cómo cuál reloj tenemos en el bolsillo mecánico? ¿Cómo el universo también se manifiesta de manera mecánica celestial a la perfección? ¿Es que ha sido creado o es un asunto natural que de manera espontánea, como una burbuja, salió? Y ahí viene el dilema. ¿La naturaleza es Dios? ¿La naturaleza se preocupa de nosotros o Dios se preocupa de nosotros? Un árbol crece, las hierbas crecen, los cauces se van formando a través de los siglos, horadando la roca, la tierra subterráneamente o en la superficie, los mares van creando los bordes costeros y el hombre aprovecha de crear sus ciudades, sus puertos.

Y la pregunta es ¿esa naturaleza está pensada o más bien la naturaleza piensa en ir creando estos cauces de río, estos bordes costeros para que nosotros podamos subsistir? ¿O hay algo más que está por encima de eso? Esa es la gran pregunta. Para los psicólogos, sociólogos, es la naturaleza, es la respuesta. Para la gente vinculada a la espiritualidad, ya más religiosamente viven una vida religiosa, la naturaleza es la creación de Dios, que nos permite a nosotros vivenciar la creación misma. Es un tema muy apasionante, muy profundo y a partir de esa relación naturaleza-Dios comienzan las grandes controversias, los grandes pensamientos filosóficos, las grandes ideas metafísicas.