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El misterio de Paco Molina: La desaparición sin respuesta desde 2015 1v7322
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El 2 de julio de 2015, Paco Molina, un joven de 16 años, salió de su casa en Córdoba con una mochila y nunca volvió. No dejó pistas, no hubo testigos y su caso sigue siendo un misterio. ¿Qué ocurrió aquella noche? ¿Se fue por voluntad propia o alguien lo hizo desaparecer? Han pasado casi 10 años, y su familia sigue buscándolo sin descanso. Hoy te cuento toda la historia de la desaparición de Paco Molina. ¿Crees que algún día se resolverá este caso? 4c52c
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
¡Bienvenidos, bienvenidas al Archivo de María! Bueno, el caso que os traigo hoy es una desaparición que no se ha resuelto y sucedió en España.
El caso de hoy ocurrió el 2 de julio de 2015.
Un joven de 16 años salió de su casa en Córdoba para pasar la tarde con sus amigos.
Se despidió de ellos poco antes de la medianoche y les dijo que iba a ver a otra persona.
Esa fue la última vez que alguien lo vio.
Desde entonces nadie sabe qué ha ocurrido con Paco Molina.
No dejó ningún rastro.
No hubo testigos ni grabaciones que pudieran informar o dar alguna pista a la policía del paradero de Paco.
La única pista que tenían era un testigo que situaba a Paco cogiendo un autobús rumbo a Madrid.
Han pasado casi 10 años y el caso sigue sin resolverse.
Se marchó por voluntad propia, fue víctima de un engaño, alguien lo obligó a desaparecer o a irse a otro lado que no fuera Madrid.
Este es uno de los casos más raros de España.
Empezamos.
Francisco Molina Sánchez, conocido como Paco, era un chico bastante normal, sociable, se llevaba súper bien con su familia, no tenía ningún problema.
Sus padres Isidro y Rosa siempre lo describieron como un joven responsable y sin problemas.
En 2015 estaba en el último año del instituto y él soñaba con entrar al ejército.
A pesar de haber bajado su rendimiento académico tras una operación, Paco estaba decidido a recuperar el tiempo perdido.
Nada hacía pensar que Paco tuviera intención de marcharse.
Pero la noche del 2 de julio de 2015 su vida cambió para siempre.
El 2 de julio de 2015 Paco salió de casa con cuatro euros en el bolsillo.
Quedó con sus amigos en los jardines de agricultura de Córdoba, donde estuvieron hablando y pasando el rato.
A las 10 y media envió un mensaje a su padre diciéndole que se quedaría a dormir en casa de un amigo.
Pero su padre Isidro prefirió llamarle para asegurarse.
Paco le confirmó que estaría en casa de un amigo de confianza y que estarían jugando toda la noche a la Play.
Isidro aceptó la respuesta sin sospechar que sería la última vez que hablaría con su hijo.
Antes de la medianoche Paco se despidió de sus amigos y les dijo que se iba a ver con una persona en un bar en el centro de Córdoba.
Cuando le preguntaron quién era, respondió con indiferencia, no lo conocéis.
Poco después llamó a una amiga y le comentó que su móvil se estaba quedando sin batería.
La última conexión de WhatsApp de Paco fue a las 12 y cuarto del 3 de julio.
Desde entonces nadie ha vuelto a saber nada de él.
A la mañana siguiente sus padres pensaban que Paco había llegado tarde a casa y que se seguiría durmiendo.
Conforme iban pasando las horas vieron que Paco no aparecía.
Entonces pues empezaron a preocuparse porque era muy raro que Paco llegara tan tarde.
Lo llamaron muchísimas veces y siempre saltaba el buzón de voz.
A las 2 del mediodía llamaron a un amigo, se supone que se había quedado a dormir Paco en su casa y el amigo dijo que no, que Paco nunca se había quedado en su casa esa noche, que había quedado con una persona que no conocía en el grupo y que no pasó la noche con él.
Los padres rápidamente empezaron a buscarlo preguntando a todo el mundo de la ciudad, amigos, familiares...
Fueron por toda la ciudad preguntando, visitaron todos los hospitales pero nadie sabía nada.
Más tarde cuando no encontraron nadie que les pudiera dar una pista de dónde estaba su hijo ni si lo habían visto decidieron ir a la policía y denunciar la desaparición de su hijo.
La policía interrogó a la familia, a los amigos, revisaron todo el entorno de Paco, analizaron su historia telefónica pero no encontraron nada.
Tampoco encontraron un indicio de que Paco quisiera irse por su propia cuenta.
Entonces surgió la primera pista inquietante.
Un conductor de autobús aseguró haber visto a Paco subiendo a un autobús con destino a Madrid.
Sin embargo no se pudo determinar si llegó a la capital o no porque había paradas entre medias y pudo haberse bajado en una de ellas.
Aquí se cometió uno de los errores más graves de la investigación.
La policía no solicitó las grabaciones de las cámaras de seguridad de la estación de autobuses y cuando intentaron hacerlo, las imágenes habían sido borradas.
Desesperados por obtener respuestas, los padres de Paco movieron cielo y tierra para encontrar a su hijo.
Colocaron carteles por la ciudad.
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