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Descripción de Libre Directo 05-06-25 5o4z38
Nueva edición de Libre Directo, donde podrás conocer la actualidad deportiva con Jóseh Larrazabal y Manolo Roca. 4z33r
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Eh, José, disculpe un momentito.
Sí.
Hubo un mal día. Mira.
Bartolo desde una cárcel de Brasil a la Namibia.
Y lo está petando en YouTube.
Hoy en Viajando con Chester entrevistamos a un preso, a un delincuente, a un proscrito.
Hablamos de Bartolomé Gómez Martín, alias Bartolo.
Bartolo, buenas noches.
Buenas noches, don Chester.
Triste.
Chist, Chester.
Quiero que quiera usted confesarme algo.
Voy a demandar a José Mota por haber contado en Televisión Española hace tiempo mi secretillo.
¿Podemos saber cuál es su secretillo? Y me dio un tiempo por ir a la M30 a aprovecharme de los camioneros.
¿Que se aprovechaba usted de los camioneros de la M30? Sí, don Sofales.
¿Y se arrepiente? Sí.
¿Quiere pedir perdón? Sí.
¿Volvería a hacerlo? Sí.
Cuéntenos cómo era esa mecánica con los camioneros.
Me subía el pantalón, enseñaba un jamón y paraba un camión.
Ya entiendo.
Al principio empecé a aprovecharme de los camioneros que me miraban mal.
¿Y después? De los que me miraban bien también.
¿Sabe usted, don Chester? Triste. ¿Y por eso va a demandar usted a José Mota? Por eso y por mucho más.
Es un envidioso compulsivo, no lo puede evitar.
¿Me está usted diciendo que José Mota le envidiaba? Sí, porque yo era el que le daba el minuto de oro en el programa.
Tanto es así que el propio director de Televisión Española, Javier Pons, me ofreció de un proyecto para mí mismo.
¿Y qué pasó? Pues que...
Me atascaba el camerino, me daba sustos detrás de las cortinas y me ponía agua en la Coca-Cola.
¡Qué barbaridad! ¿Se arrepiente usted de haber trabajado con José Mota? Sí.
¿Se arrepiente de haber sido una estrella de televisión con José Mota? Sí.
¿Volvería a hacerlo? Sí.
Una cosa, Bartolo.
Lo que no entiendo es cómo al final has llegado hasta aquí, hasta esta cárcel en Copacabana.
Ay...
Eso fue porque el señor Mota me demandó, el juez le dio la razón y me puso una orden de alejamiento de 8.000 kilómetros.
¡Qué barbaridad! Pero al llegar a Brasil algo debería de pasar para acabar usted en la cárcel.
Bueno, es que yo me aproveché de los socorristas de la playa de Copacabana.
Al principio me aprovechaba solo de los socorristas que me miraban mal.
¿Y después? De los que me miraban bien también.
Le cogí el chisque y eso fue mi perdición.
76 veces en una semana.
¿Se arrepiente usted de haberse aprovechado de los socorristas? Sí.
¿Pediría perdón? Sí.
¿Volvería a hacerlo? Sí.
Tuve que ir a una granja de desintoxicación de socorristas de Copacabana que hay en Sao Paulo.
¿Y ahí le fue bien? Sí.
¿Por? Porque conocía a Pulquerio, un camionero de Sacramento que transportaba ganado lanar en el camión.
¿Ganado lanar? Ovejas.
¿Con Pulquerio? Lo esquilé.
¿Y con las ovejas? Me fui de fin de semana a Ayuta.
Usted está fatal.
Sí, en este momento estoy como muy incómoda, estoy muy recta.
No, no, me refiero a usted.
¿Tanto le hizo sufrir a Josemota para acabar así? Lo siento, no puedo seguir con la entrevista.
¿Se arrepiente usted de haber hecho esta entrevista? Sí.
¿Le gustaría pedir perdón? Sí.
¿Volvería a hacerla? Sí.
Esta entrevista ha terminado.
Un placer estos minutos contigo porque me has dejado alucinado.
Gracias.
Ahora me voy y me llevo el chester, ¿vale? El chester se queda aquí.
El chester es mío.
Era tuyo.
Guardia, por favor, Pulquerio, lléveselo.
¿Te das cuenta, Pulquerio, cómo estás aquí? Mejor de vigilante que de camionero de Sacramento.
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