
Le doy leche de mis tetas a mi suegro 2k5z2l
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Le doy leche de mis tetas a mi suegro. Fue un desliz que término de la mejor manera... o no. si quieres y gustas aportar al canal puedes arnos por o el pay pal [email protected] paypal.me/relatossex fuente / autor https://www.todorelatos.com/relato/232627/ 6x1t2a
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Ahora así comencemos.
Le doy leche de mis tetas a mi suegro.
Fue un desliz que terminó de la mejor manera, ¿o no? Mientras le daba la teta a mi bebé Felipe, sentí la humedad entre mis piernas y no pude evitar empezar a frotarme la concha por encima de la bombachita de postparto que usaba estos días.
Por alguna razón, el amamantar me ponía caliente de una forma que no podía contarle a nadie sin que me llamaran enferma.
La única que lo sabía era mi psicóloga que, gracias a ella y a una colega suya ginecóloga, me tranquilizó diciéndome que no soy la única a la que le pasa y que es bastante normal y que no hay nada raro en mí.
Le agradecí por eso.
Mi marido, Pedro, hace seis meses que no me cogía.
Por alguna razón está asustado de lastimarme aunque mi ginecólogo le dijo que estaba todo bien y que podíamos tener sexo sin ningún problema.
Él de igual forma se negaba y ahora usa la excusa de que al hacerlo íbamos a molestar a mi suegro que se está quedando unos días en casa.
Los padres de mi marido se habían peleado así que Pedro le ofreció a mi suegro que se quede unos días con nosotros así también me ayudaba con el bebé mientras mi marido trabajaba.
No me caía mal mi suegro, pero con las ganas de que me regarcharan que tenía y que ahora mi esposo lo esté usando de excusa a él para no hacerlo, preferiría que se vaya a otro lado.
Además de que tampoco es que estaba ayudándome mucho con el bebé digamos todo.
Frustrada, me meto la mano en la bombacha y comienzo a jugar con mi monte de venus y pelvis.
Estoy completamente depilada encima porque a pesar de estar de postparto me mantengo en forma y limpita para él.
A mi marido le encanta que sea coqueta y arreglada y que no tenga ni un pelito en el cuerpo y eso hago pero ni así me toca.
Estoy empezando a hacerme la cabeza de que tiene una amante aunque conociendo lo idiota que puede llegar a ser Pedro a veces, ese pensamiento me hace reír.
Mis tetas se sienten duras cuando vuelvo a ponerme el remeron sin ningún corpiño debajo.
Felipe se durmió bastante lleno cosa que hace todas las mañanas después de su desayuno.
Noto como a pesar de vaciarme las dos tetas se me sigue escapando leche de los pezones manchándome la remera blanca.
Se me nota mucho así que me voy a tener que cambiar.
Por el embarazo las tetas me crecieron más de lo normal.
Nunca fui de tener muchas pero ahora parecen hasta hechas.
Me gustan pero cuando pasa esto de que no puedo ponerme ninguna ropa sin corpiño porque me mancha toda desearía no tenerlas.
Mientras tanto en la habitación del alado.
No era ninguna sorpresa que a esta hora de la mañana tuviera la pija tan dura que hasta me dolía caminar.
Para la edad que tengo es una bendición no ser un viejo inútil que ya no se le para la pija y tiene que tomar pastillita.
Me levanto como puedo y me dirijo al baño en el pasillo casi enfrente de la habitación de mi hijo y mi nuera.
No es muy grande el departamento que tienen pero les agradezco por dejarme quedarme unos días con ellos.
Hasta que mi señora se le pase el enojo de haberse enterado que me cogía la chica que contrato para la limpieza.
Como si fuera la primera vez que sabe que lo hago.
De pie sobre el inodoro sacudo las últimas gotas de pis con la pija todavía dura como roca.
Me la acaricio pensando en Sofía.
La última pibita que me cogí en casa mientras mi señora no estaba.
Era mi vecinita y venía de vez en cuando hacer la limpieza en casa.
Una nena hermosa, morochita, con un orto de infarto.
Lo caliente que me ponía cada vez que la veía caminar con la calcita metida en el orto.
Dios.
Y cómo se le paraban los pezones cuando se daba cuenta que me acariciaba la pija mientras la miraba limpiar.
Suspirando porque no me puedo sacar la leche en el baño.
Suspirando porque no me puedo sacar la leche en el baño donde seguro mi nuera va a querer entrar.
Me guardo la pija más dura que antes en los pantalones y vuelvo a mi habitación por estos días.
Y en ese instante, caminando por el pasillo casi a oscuras.
Ah, la puta madre.
Suegro, me asustaste.
Uh, Sarita, no te vi.
Disculpa.
Tranqui, no pasa nada.
Pero sí pasaba.
Sin darme cuenta, mi suegro y yo habíamos chocado de frente por lo que nuestros cuerpos estaban uno encima del otro.
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