La Jungla con J.A. Abellán (Miércoles 02 Abril 2025- 4ª Hora) 5w3o6

Bueno, están todos los de Veramente, todos los de Veramente escribiendo a la jungla ahora mismo.

¿Me entran mensajes de Veramente y alrededores? Sí, por favor, insiste. Es una vergüenza, es una vergüenza.

Joder.

Ahora os cuento una cosa de cómo va la tecnología en el mundo y cómo estamos aquí.

Yo supongo que habrá luego zonas que estén muy bien cubiertas, no digo que no, pero los pueblos, lo que son los pueblos, nada, pasan.

Claro, dice, a tener ahí 500 abonados...

Nada, no me lo...

¡Hola, Sandra! No, se ha equivocado.

Es que me ha dicho, lo mismo dicen que te has equivocado, pero estoy llegando ya.

¿Le importa que me espere? ¿Me pone un disco o algo y espero a que llegue Sandra? Vaya, hombre, qué desagradable la señora, ¿no? No entiendo por qué no me ha dejado...

Si me ha dicho ella, dice, estoy llegando ya, que es un bar, dile que espere, y así no tienes que marcar dos veces.

Bueno, pues me ha dado otro teléfono por si acaso.

Ahora os cuento una cosa de los avances de la tecnología, de la ingeniería electrónica en el mundo, para que veáis dónde está el mundo y dónde estamos nosotros.

Nada, no me lo va a coger tampoco.

Bueno, ayer, no, fue el lunes, el día 31 se hizo público un...

Es que ayer yo entré en...

Así que no tengo ni idea de ninguna de ellas, pero entré en revistas de ciencia y todas, todas las portadas, todas las portadas, todas las portadas hablando lo mismo.

La Universidad de Berkeley en San Francisco... ¡Privada! ¡Analfabeta, vicepresidenta de la Universidad privada! Dice que son todas unas ladronas las privadas.

Bueno, la Universidad de Berkeley en San Francisco presentó el lunes su último hito.

Me parece... Yo me lo leía con mucha atención.

Lo voy a explicar así para lo bruto, ¿no? Para entendernos tú y yo.

Me perdonáis porque, hombre, ni soy ingeniero electrónico ni nada.

Lo único que me gustaría contaros, ¿no? Presentaron el que para muchos puede ser lo más revolucionario en ciencia, medicina, tecnología de las últimas décadas, ¿no? Todo empezó con un chaval que me acuerdo se llama Kylo Littlejohn.

Kylo Littlejohn es el estudiante que desarrolló un algoritmo que cuando el Centro de Alta Tecnología de la Ingeniería Electrónica y Alta Tecnología de Berkeley vio aquello, dijo, hostia, pusieron toda la maquinaria a trabajar, no dicen cuánto tiempo han estado, pero me temo que han estado mucho tiempo, para hacer que por fin las personas que no pueden hablar por una u otra razón hablen. Es acojonante.

El último experimento que han hecho público el lunes lo han hecho con una chica que se llama Ann que perdió después de un ictus la posibilidad de hablar hace 18 años.

Entonces, ¿qué han hecho? Bueno, pues os lo cuento y insisto a lo bruto.

Luego lo buscáis.

Ayer lo vi yo que estaba también en todos los periódicos españoles.

Sale Recuperar Voz o Berkeley, Universidad Berkeley de Estados Unidos.

Ann es la chica, A-N-N.

Entonces, la historia es que no hablaba hace 18 años, pero hombre, 18 años está hablando 2007.

Y eso te permite, que es lo primero que hicieron desde Berkeley, investigar en su vida.

Se hicieron con todos sus vídeos, un vídeo de la boda, vídeos de cumpleaños, vídeos de fiestas, un poco para recuperar su voz, recuperar su voz, recuperar su voz.

Aislar palabras sueltas, para cuanto más vocabulario tengas.

Todo esto la base de la inteligencia artificial, debo decir.

La base de toda la inteligencia artificial y un algoritmo que este chico, Keilo, Little John, desarrolló.

Bueno, pues se hacen con la voz de la señora que tenía hace 17 años cuando la perdió, 18 años cuando la perdió.

Y luego fabrican un aparatito que tiene miles de electrodos que le colocan en el cerebro a la señora.

Todo el cerebro prácticamente lleno de electrodos, pero fíjate en lo que te estoy hablando, que eso me llamó la atención.

Todos esos miles de electrodos juntos tienen la altura de un folio, de lo ancho que es un folio.

O sea, lo ancho no digo los 19 centímetros, no, de lo gordo que es un folio, nada, milímetro.

Bueno, pues en un milímetro no sé cuántos miles de electrodos entran.

La distribuyeron un montón de electrodos por el cuerpo, por el cuerpo, por el cerebro, y entonces empezaron a disparar sus propias palabras, sus propias palabras.

Helado, café, moto, coche, bueno, venga, venga, palabra.

Y veían qué pasaba en el cerebro con cada una de esas palabras.

Decían coche, primero palabras sueltas, luego ya frases hechas.

Y había una parte específica del cerebro que atacaba a uno de los electrodos, a uno de los miles de electrodos.

¿Qué pasa? Pues que luego lo hicieron más fuerte.