EL HOMBRE DE PIEDRA, de HAZEL HEALD y H. P. LOVECRAFT 2u3w3v

El hombre de piedra de hollywood i s p lovecraft benji jayden fue siempre un tipo testarudo y una vez que oyó hablar de aquellas extrañas estatuas en los altos adirondacks nada pudo impedirle acudir para verlas y fue su amigo más íntimo durante años y esa amistad tipo damon y pies no se había convertido en inseparables así que cuando ben se empecinó en ir bueno no tuve más remedio que seguirle como un perro fiel jack dijo conoces a henry jackson que vive en una cabaña detrás del lago placid porque era el mejor sitio para lo de sus pulmones buena volvió el otro día casi curado pero tenía mucho que contar sobre algunas cosas extrañas y diabólicas allá arriba todo el asunto fue muy rápel tino y no está seguro de que sea otra cosa que un caso de esculturas estrafalarias pero al tiempo su aspecto de desazón da que pensar parece ser que estaba cazando por aquí un día y llegó una cueva delante de la que había algo que parecía un perro mientras estaba esperando que el perro ladrará volví a mirar y vio que no estaba vivo después de todo era un perro de piedra ni más imperfecta hasta los mínimos detalles y yo no puedo decidir si era una escultura sobrenaturalmente detallada o un animal petrificado casi le dio miedo de tocarlo pero cuando lo hizo pudo comprobar que era de piedra al cabo de un rato se atrevió a entrar en la escuela y allí sufrió un susto bastante mayor cerca de la entrada había una figura de piedra o eso parecía pero esta vez era un hombre estaba tumbado en el suelo de costado vestido y con una peculiar mueca en el rostro esa vez que henry no se detuvo a tocarlo sino que se fue directamente al pueblo mountain top ya sabes desde luego hizo preguntas pero no consiguió gran cosa usa descubrió que era un asunto peliagudo ya que los lugareños solo agitaba en la cabeza cruzaban los dedos y murmuraban algo de loco dan sea lo que sea eso esto fue demasiado para jackson y volvió unas cuantas semanas antes de lo prevista me lo contó porque sabe cuánto me gustan las cosas extrañas y bastante extraño vi capaz de hacer una reconstrucción que encaja perfectamente bien con esta historia recuerdas a arthur wheeler el escultor que era tan realista que la gente comenzó a decir que no era sino un fotógrafo de sólidos creo que lo conociste ligeramente bueno con certeza terminó en esa parte de los adirondacks estuvo un montón de tiempo allí y luego desapareció vista nunca se supo más de él ahora si estatuas de piedra que parecen hombres y perros vuelven a aparecer por allí me da que debe ser obra suya no importa lo que digan esos paletos o no digan sobre el tema por supuesto que el tío con los nervios de jackson puede fácilmente huir pero turbado por cosas como esas pero yo hubiera hecho un montón de comprobaciones antes de salir corriendo de hecho jack voy a ir a ver esas cosas y tú vendrás conmigo puede significar tanto encontrar a wheeler como parte de su obra de cualquier manera el aire de las montañas nos sentará bien antes de una semana tras un largo viaje en tren en mí un agitado paseo en autobús a través de los escenarios tan deliciosos que cortan el aliento llegamos por fin a monte bajo la última y dorada luz solar de una tarde de junio el pueblo estaba formado por un puñado de casitas un hotel y el almacén donde nos dejó el autobús pero sabíamos que este último seguramente sería el foco de alguna información ciertamente el habitual grupo de ociosos estaba congregado en los escalones y cuando nos presentamos como convalecientes en busca de alojamientos tuvieron muchas recomendaciones quedarnos aunque no habíamos planeado e investigar nada hasta el día siguiente ben no pudo resistir el intentar algunas preguntas vagas y precavidas al percatarse de la hace y locuacidad de uno de los desarrapados haraganes sintió por la previa experiencia de jackson que sería inútil comenzar refiriéndose a las extrañas estatuas así que se decidió a mencionar a wheeler como alguien que había conocido y sobre cuyo destino teníamos por tanto derecho a preguntar el grupo pareció incómodo cuando sam paró de pelear un palo y comenzó a hablar pero tuvieron poca oportunidad de inquietarse aún aquel descalzo anciano y decadente montañés se cerró en banda