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La fiesta de mi hermana Marta parte 4 La historia continua, un trato difícil de rechazar, me abre puertas a nuevos destinos si quieres y gustas aportar al canal puedes arnos por o el pay pal [email protected] paypal.me/relatossex 2c396q
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continua, un trato difícil de rechazar, me abre puertas a nuevos destinos. Era las 12 del mediodía,
el día anterior había tenido una jornada mañanera de sexo, y por la noche, el peligro de que Laura
no cumpliera con su palabra de no decir nada a mi hermana de lo sucedido. Sentado al borde de la
piscina, miraba la ventana de Marta. Reflexionaba en cómo ha cambiado mi vida en algo menos de un
mes, de ser un chico con poca experiencia en el sexo a ser casi todo un Don Juan. No era la única
cosa en la que pensaba, en apenas seis días, mis padres tendrían vacaciones y me iba a tocar irme
con ellos durante dos semanas a un apartamento que alquilaron cerca de la playa. Me parecía ilógico
si vives en Barcelona buscar más de lo mismo, pero querían un lugar donde escapar de la ciudad y no
estuviera muy lejos. El destino elegido fue un pueblo de Tarragona llamado Calafel. Mi hermana
por su parte se iba con sus amigos los de la fiesta a Santander. Alquilaron una casa para
diez personas durante una semana, piscina, un gran salón, muchas habitaciones y mil cosas más. Estaba
en una zona a la afuera de la ciudad, rodeados de la naturaleza y cerca de un centro de actividades
donde realizan deportes de riesgo. Cuando Marta volviera de viaje, mi padre la iría a buscar
para que se reuniera con el resto de la familia. Por suerte para ella sólo quedarán unos días
para que termine el alquiler y tengamos que volver a casa. La persiana de la habitación se levantó,
una hermana con cara de resaca y muy despeinada se dejaba ver detrás de la cortina. Hizo el gesto
de que morro tienes al verme allí tan relajado, la respondí con el pulgar hacia arriba. Miro el
panorama, me volvió a mirar, se quitó la camiseta mostrando sus pechos, le volví a levantar el
pulgar y a carcajadas desapareció de la ventana. Respire aliviado al ver que no parecía enfadada,
por tanto Laura no le había contado nada de lo nuestro. Pasé el resto de la mañana en la piscina
y por la tarde me fui al entrenamiento como hacia cada día. Marta por su parte había quedado con
alguna amiga. Se puede decir que el día y la noche paso sin ningún sobresalto, se agradecía
un poco de tranquilidad y descanso. Los siguientes días la rutina fue exactamente igual, con algún
vacile o provocación aislada, pero sin que llegáramos a más. Marta parecía un poco ausente
y pensativa, pero no soltaba palabra, se excusaba con que tenía mucho que preparar para el viaje.
Faltaba un día para irme secuestrado por mis padres de vacaciones, a mi hermana le quedaban
aún tres días para irse con sus amigos. Cuando todo parecía decidido, Marta y Laura entraron
en mi habitación y me tiraron un salvavidas para que no me ahogara en mis penas. Marta,
¿qué haces hermanito? Marcos, aburrirme, así practico para las vacaciones. Laura, pero con 18
años, ¿todavía de vacaciones con tus padres? Te tienes que imponer. Marcos, ojalá fuera así de
fácil. Marta, venimos a ofrecerte un trato, yo te libro del viaje y tú nos haces un favor con un
trabajito. Marcos, vale, pero cerrar la puerta. Laura, jajaja no ese tipo de trabajito. Marta,
escucha, un chico de los que venía al viaje no puede venir porque le ha surgido algo. Marcos,
¿quién? Marta, le llamamos Dexter, no pudo venir a la famosa fiesta y tampoco podrá venir al viaje.
Marcos, pues desde ahora será mi mejor amigo. Marta, tenemos una plaza libre, en un coche y en
la casa también claro. Marcos, ¿crees que me dejarán ir? Marta, tú no te preocupes, yo me
encargo de eso esta tarde. Marcos, perfecto, a quien tengo que matar para cumplir el trato.
Laura, matar matar, no, pero es algo importante. Marta, se trata de Mónica. Se sentaron a mi lado,
me contaron lo que le sucedía a Mónica la noche que salieron solo las chicas, esa noche que yo
temía que Laura le dijera algo a mi hermana. Mónica tenía la autoestima por los suelos,
el chico con el que había empezado a salir le había dado calabazas, su motivo fue que no era
su tipo. Después de dos semanas en que parecía ir todo bien, fue empezar a tener sexo y a los
pocos días la dejó. Hace un tiempo, otro chico con el que estuvo saliendo durante unos meses,
la engañó con otra y cuando le pidió explicaciones solo recibió por su parte un cosas que pasan. Me
contaron también que mientras estuvo con el chico que la engañó, ella nunca participó en ningún
tipo de juego especial y que después de dejarle fue cuando empezó a participar, pero se rayaba
de no dar la talla y no terminaba de disfrutar. Necesitaba una inyección de autoestima y habían
pensado en mí para ayudar. Marcos, a ver si lo entendí bien.
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