
Desarrollo Personal: El Árbol de Manzanas 3d3y4r
Descripción de Desarrollo Personal: El Árbol de Manzanas 601j67
Este relato nos muestra el amor incondicional y el sacrificio desinteresado, como el de los padres por sus hijos. 243s14
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Desarrollo personal, el árbol de manzanas.
Hace muchos años había un gran árbol de manzanas.
Un niño pequeño lo apreciaba mucho y cada día jugaba cerca de él.
Subía al árbol hasta la cima y éste le proporcionaba sombra.
El niño adoraba al árbol y el árbol adoraba al niño.
Con el tiempo, el niño creció y dejó de jugar alrededor del gran árbol.
Un día, el joven regresó y oyó que el árbol le decía, me siento muy triste.
¿Quieres jugar conmigo? Pero el joven respondió, ya no soy el niño que solía jugar entre los grandes árboles.
Ahora deseo juguetes y necesito dinero para comprarlos.
Lamento no poder ayudarte, dijo el árbol.
Pero no tengo dinero.
Te propongo que recojas todas mis manzanas y las vendas.
Así podrás conseguir el dinero para tus juguetes.
El joven se sintió muy contento, tomó todas las manzanas, obtuvo el dinero y el árbol volvió a alegrarse.
Sin embargo, el joven nunca regresó después de conseguir el dinero y el árbol cayó en la tristeza nuevamente.
Más tarde, el joven volvió y el árbol se puso feliz y le preguntó, ¿quieres jugar conmigo? No tengo tiempo para jugar.
Debo trabajar para mantener a mi familia.
Necesito un hogar para compartir con mi esposa e hijos.
¿Puedes ayudarme? Lo siento, pero no tengo una casa, pero puedes cortar mis ramas y hacer tu casa.
El joven cortó todas las ramas del árbol, lo que lo hizo feliz otra vez.
Pero el joven nunca volvió después de eso y el árbol se sintió triste y solo.
Un día caluroso de verano, el hombre regresó y el árbol se sintió alegre.
¿Quieres jugar conmigo? Preguntó el árbol.
El hombre respondió, estoy triste y envejeciendo.
Quiero un bote para navegar y relajarme.
¿Puedes darme uno? El árbol replicó, usa mi tronco para que puedas construir un bote y así puedas navegar y ser feliz.
El hombre cortó el tronco y construyó su embarcación.
Luego decidió zarpar por un extenso periodo de tiempo.
Al final, volvió después de muchos años y el árbol le expresó, lamento mucho, pero ya no tengo nada que ofrecerte, ni siquiera manzanas.
El hombre replicó, no tengo dientes para morder, ni energía para subir.
Estoy muy viejo.
Entonces el árbol, con lágrimas en sus ojos, le dijo, verdaderamente no puedo ofrecerte nada.
Lo único que me queda son mis raíces muertas.
Y el hombre respondió, ya no necesito mucho, solo un sitio donde descansar.
Estoy tan fatigado después de tantos años.
Bueno, las antiguas raíces de un árbol son el mejor sitio para recostarse y reposar.
Ven, siéntate conmigo y descansa.
El hombre se acomodó junto al árbol y este, feliz y contento, sonrió con lágrimas.
¿Sabes algo? Esta puede ser la narrativa de cada uno de nosotros.
El árbol representa a nuestros padres.
Cuando somos pequeños, los queremos y jugamos con papá y mamá.
Al crecer, nos distanciamos de ellos.
Solo volvemos cuando necesitamos ayuda o estamos en apuros.
Sin importar la situación, ellos siempre están listos para darnos todo lo que puedan y hacernos felices.
Puede que piensen que el chico es cruel con el árbol, pero así es como nosotros actuamos con nuestros padres.
Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos cerca.
Y si ya no están, que la llama de su amor perdure eternamente en tu corazón.
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