¿Cuándo comenzó el fin del PRO? - Agustín Laje 3p423r

El inicio de este fin hay que encontrarlo en realidad en agosto del 2023, cuando, entre Bullrich y Larreta, juntos, no alcanzaron a Millet.

Simbólicamente el PRO también está destrozado.

El PRO nació siendo un partido joven, fresco, urbano, muy relacionado también con el incipiente fenómeno de las redes.

Hoy el PRO no tiene nada que ver con esos valores simbólicos que le dieron vida en sus orígenes.

Hoy se están peleando contra la inteligencia artificial, por ejemplo.

Hoy no tienen manejo de redes, hoy no tienen jóvenes que lo sigan.

Es decir, no tiene nada de la pseudoidentidad simbólica que alguna vez tuvo.

En el PRO hay gente muy buena, hay dirigentes que son muy buenos y que en su momento ingresaron a ese espacio porque no había otra fuerza que se acercara más a sus ideas.

En el PRO, que no es una fuerza de centro-derecha ni de derecha, hay gente de centro-derecha que no pudo expresar sus valores y sus ideas durante mucho tiempo porque la corrían.

Bueno, tengo en línea desde Europa, Agustín Laje, el director de la Fundación Faro. Agustín, ¿qué tal? Buenas noches.

¿Qué tal, Eduardo? Muy buenas noches. Gracias por la llamada.

No, por favor. Un abrazo muy grande.

Me gustaría un análisis suyo acerca de las elecciones del último domingo.

A ver, el dato más concreto es que el PRO ha muerto.

Este no es el inicio del fin, sino que es su culminación definitiva.

El PRO puede ser en estos momentos como esos cadáveres que todavía tienen espasmos, que todavía tienen movimientos reflejos y creo que vamos a ver algo de eso en los días que siguen, pero yo creo que el ciclo de esa fuerza política ha concluido de forma irreversible.

El inicio de este fin hay que encontrarlo en realidad en agosto del 2023, cuando entre Bullrich y Larreta, juntos, no alcanzaron a Milley.

Cuando el caso de Larreta, puntualmente, que iba a ser el próximo presidente de los argentinos, se llevó apenas un 11% y no pasó siquiera las PASO.

Después vino todo lo que sabemos, juntos, por el cambio, no entró en segunda vuelta y lo único que ese espacio tenía para ofrecer a la ciudadanía era decir que era la alternativa al quillerismo, cosa que no lo fue en las elecciones del 2023.

Con lo cual, en realidad, si uno hace un análisis fino, lo que ocurrió el domingo pasado era de esperar.

Era dable que eso ocurriera.

Yo lo analizaría, Eduardo, en términos de cuatro variables muy rápidamente.

En primer lugar, estructuralmente, el PRO ha recibido un golpe mortal porque ha perdido su bastión.

Salieron terceros en la ciudad que gobernaron durante 17 años.

Esto es un golpe mortal.

En el sentido ideológico, el PRO fue una fuerza de centro.

Ni siquiera yo diría fuerza de centro-derecha.

Es una fuerza de centro que se alió con otras fuerzas de centro, incluso de centro-izquierda.

La gente de la coalición cívica, la UCR, todos partidos que fueron fulminados el domingo pasado.

Fueron todos fulminados.

La gente de Carrió no puso un solo legislador.

La gente de la UCR no puso un solo legislador al punto de que el propio Manes ahora va a ver cómo le hace por fuera de ese sello.

Es decir, toda esa gente está perdida porque el abanico ideológico en Argentina se ha redefinido.

Antes, en los últimos 20, 25 años en Argentina, solo podíamos votar izquierda, centro-izquierda y centro.

Javier Milay fue muy claro cuando dijo que él llegaba para completar ese abanico ideológico.

Y hoy, si uno mira de cerca, el abanico ideológico es mucho más claro.

Uno tiene la derecha libertaria por un lado y por el otro lado dos tipos de izquierdas.

La izquierda kirchnerista y la izquierda trotskista que también recibió un golpe en Cava.

Ellos tenían dos legisladores y pusieron solo uno.

Ahora, volviendo al PRO, un segundo más, y hay un dato que yo no lo he escuchado pero me parece importante.

Simbólicamente el PRO también está destrozado.

El PRO nació siendo un partido joven, fresco, urbano, muy relacionado también con el incipiente fenómeno de las redes.

Hoy el PRO no tiene nada que ver con esos valores simbólicos que le dieron vida en sus orígenes.

Hoy se están peleando contra la inteligencia artificial, por ejemplo.

Hoy no tienen manejo de redes.

Hoy no tienen jóvenes que lo sigan.

Es decir, no tiene nada de la pseudoidentidad simbólica que alguna vez tuvo.

Y políticamente refuerzo la idea.

No tiene nada para ofrecer.

Lo único que ellos podían ofrecer era ser una alternativa y cuando gobernaron no lo fueron.

Porque tuvimos déficit fiscal, continuamos con la hegemonía del pro-racismo, del huauquismo, el curro de los derechos humanos.

Es decir, en materia económica no hubo realmente baja de impuestos.

Acabo de escuchar tu análisis sobre la baja de impuestos.

Esto es clarísimo.

No fue clarísimo cuando Macri gobernó.

Entonces, al final, cuando se quedan sin ningún sustento, ya no son el cambio.

Todo lo que dicen que son es la república.

Pero la gente ya no sabe ni qué significa eso de ser la república.