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JEAN PLAIDY, LA REINA JEZABEL
CAPITULO 1

CAPITULO 1 1l4f1j

6/9/2024 · 02:18:40
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JEAN PLAIDY, LA REINA JEZABEL

Descripción de CAPITULO 1 2if5j

El día 24 de agosto de 1572 la locura se apoderó de los católicos de París. Las piedras que pavimentaban las calles de la ciudad enrojecieron teñidas por la sangre de los hugonotes. Las campanas de la iglesia de Saint Germain l’Auxerrois repicaban con furia, sin que nadie hiciera amagos de detenerlas. Era la señal convenida para la carnicería. Catalina de Médicis agregaba así –a su largo historial de crímenes- su infamia maestra: la noche de San Bartolomé. Catalina adoradora de un solo dios: el poder. Genial e implacable, gobernaba valiéndose de su ascendiente sobre sus débiles hijos: Carlos, ese hijo medio loco, el pervertido duque de Anjou y el deforme duque de Alençon. A todos ellos se agregaba su hija Margot, la libertina. Ninguno de sus hijos amaba a Catalina, pero ninguno tampoco osaba contradecirla. Y toda Francia temblaba ante su nombre. 1n4c21

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Capítulo uno dentro de sus gruesos muros de piedra parís ardía bajo el sol del verano hacía semanas que desde los rincones más distantes de la tierra sa los viajeros se atravesaban las puertas de la ciudad los nobles llegaban con su séquito seguidos por mendigos vagabundos y ladrones que se unían a ellos en el camino parecía que todos los habitantes de francia habían decidido presenciar la boda de la princesa católica de francia con el rey hugonote de navarra de tanto en tanto pasaba una brillante figura acompañada por el sonido de las trompetas que lo anunciaban como noble en su camino al louvre atravesaba calles de casas altas y elegantes con techos como agudos bonetes grises y si se trataba de un noble católico lo saludaban los católicos y los hugonotes y era un hugonote en las callejuelas con su mugre y sus moscas había tensión y la tensión se percibía también en las calles y las plazas sobre las que se elevaban como guardianas las torres góticas de la sainte-chapelle y de notre dame los muros sombríos de la bastilla y la conserjería los mendigos husmeaba en el olor de comida que parecía estar perpetuamente en las calles porque está era una ciudad de restaurantes donde florecían los noticieros y los patricias protegidos por los nobles y hasta por el rey mismo los mendigos estaban hambrientos pero también alertas de vez en cuando estallaba una riña en las tabernas se decía que habían matado a un hombre en los ananás y que su cadáver había sido arrojado en secre en el sena era un hugonote y no era extraño que hubiera tenido dificultades en el parís católico un hugonote entre católicos era una amenaza peligrosa pero ese verano en parís había miles de hugonotes se los veía en las calles frente a la iglesia de saint germaine l'eau royce paseando por las calles congestionadas así entre cosas o mansiones muchos se alojaban tras las paredes amarillas del hotel de bourbon otros se dirigían a la casa de la esquina de la rue de l'arbre dc y la rue betis y ni siquera el centro del más grande de todos los líderes protestantes el almirante gaspar de coligny hacia el este en la rue saint antwan se encontraba una de las más grandes mansiones de paz iris el hotel de guisa y ese día de verano entró un hombre en la ciudad cuya aparición lleno de alegría la mayoría de los parisienses era su héroe su ídolo el hombre más apuesto de francia junto a quien todos los demás aunque fuesen príncipes o reyes parecían hombres del pueblo era el rubio duque de veintidós años de edad enrique de guisa los parisienses le expresaban a gritos su devoción agitaban sus gordas aplaudían saltaban y sollozaba por el asesinato de su padre que había sido como él era una figura romántica este duque de guisa en especial ahora que toda la ciudad se preparaba a celebrar esa boda porque guíe había sido amante de la princesa que sería entregada a un hugonote y parís se habría deleitado de ver al duque católico casado con su princesa pero se decía que la vieja víbora la reina madre había atrapado juntos a los amantes y como resultado el apuesto duque fue dado en matrimonio a catering de cleves viuda del príncipe y la ley gre y descuidada margot fue obligada a renunciar al católico enrique de guisa y a casarse con el hugonote enrique de navarra era algo antinatural pero era lo que podía esperarse de la italiana catalina de médici viva gritaban los parisienses viva el duque de guisa él aceptaba elegantemente el homenaje seguido por su comitiva y por los mendigos que se les habían unido en el camino entró en la rue saint antoine la princesa margarita en sus aposentos del palacio del louvre con su hermana la duquesa claudia de lorena escuchaba los vivas que se oían desde la calle y sonreía con alegría sabiendo a quien se dirigían margarita conocida en todo el país como margot tenía diecinueve años de formas llenas vivaz y sensual ponte atractiva se decía que era una de las mujeres más instruidas del país y una de las más licenciosas su hermana mayor masseria esposa del duque de lorena hacia un agudo contraste con la princesa más joven claudia era una joven tranquila y sobria los cabellos negros de margot caían sobre sus hombros sea había quitado la peluca pelirroja que eligiera ese día le brillaban los ojos y hasta claudia sabía que brillaban por el apuesto duque de guisa margot y quizá eran amantes aunque ya no se guardaban fidelidad había demasiadas separaciones y se decía claudia la naturaleza de margot era demasiado afectiva como para ser con instante la suave y dulce claudia siempre trataba de ver a las personas con la óptica más condescendiente margot había dicho muchas veces a su hermana que le habían arruinado la vida al negarle el permiso de casarse con el hombre que amaba el único que podía amar declaraba que como esposa de enrique de guisa habría sido fiel pero como era su amante y no podía ser su esposa

Comentarios de CAPITULO 1 2z2228

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