Antonio Brufau presidente Repsol en la inauguración Congreso Faconauto 2025 1q4c47

Unas cifras impresionantes, la verdad, y hoy tenemos la suerte de poder contar con una de las personalidades más importantes en el sector energético. En un momento, además, en el que la energía y las nuevas tecnologías copan también el sector de la automoción.

Es un placer dar la bienvenida a Antonio Brufao, presidente de Repsol y socio estratégico de Faconauto. Adelante.

Buenos días, buenos días.

Ministro, presidenta de Faconauto, presidente de ANFAC, director general de Sernauto, autoridades, amigos y amigas.

Yo quería decir, en primer lugar, que para mí es un auténtico honor estar aquí por una simple razón. Me siento muy orgulloso de lo que el sector de la automoción representa en España, ha representado en España y ha representado en Europa. Yo creo que los grandes países se configuran a través de grandes industrias.

Industrias que generan riqueza, que generan empleo de calidad, que generan innovación, que generan tecnología.

Y esto es la industria de la automoción, que representa, como hemos dicho, como se ha visto aquí, aproximadamente, por ejemplo, en España, un 10% de nuestro Producto Interior Bruto.

También me gustaría unirme a Marta en la felicitación que ha hecho el Ministerio de Industria por el trabajo tan eficaz que han hecho, suavizando el dolor de la ciudadanía de Valencia y en todas aquellas personas que se vieron perjudicados por la inundación.

Ya hemos visto las cifras de Faconauto. Hemos visto, en general, en el vídeo, las cifras del valor añadido de toda la industria de la automoción en España y, sin lugar a dudas, os puedo decir que hay que proteger lo que es nuestro, lo que hemos hecho, lo que la historia de Europa y la historia de España ha hecho.

Es decir, este es un sector, como os decía, que genera riqueza, prosperidad, estabilidad y empleo de calidad y que es un auténtico motor de la innovación de la sociedad.

Decía Marta también que estamos en momentos de incertidumbre, momentos en donde, básicamente, las normas europeas, pues, de alguna forma, tomaron, en el año 23, una decisión de apostar directamente por una única tecnología, que era la motorización eléctrica, es decir, el vehículo eléctrico, como el futuro de la movilidad por carretera y, por tanto, a ello hay que ceñirse y adaptarse.

Cuando se toma esta decisión, cuyo inicio fue aproximadamente en el año 2021, el sector de la automoción, y no me refiero solo a los concesionarios, me refiero a todo el sector en toda su cadena, tiene que tomar la reflexión de, bueno, cómo transformar la industria para ser competitiva y más cuando frente a esta industria en transformación, evidentemente tiene un tiempo todavía, pero es una industria que tiene que empezar a evolucionar, o que evoluciona, tiene frente a sí grandes competidores, como puede ser, y lo ha dicho Marta perfectamente, el trabajo que está haciendo, por ejemplo, China, en relación al desarrollo de todas las tecnologías del vehículo eléctrico, de todas las tecnologías relativas a los componentes básicos del vehículo eléctrico, a la digitalización, etcétera, etcétera, etcétera, ¿no? Por tanto, es evidente que hay un player, que es China, que de alguna forma compite en una situación de ventaja, porque se lo han ganado, pero también porque, a veces, seguramente, han tenido las circunstancias más adecuadas para producir con unos costes energéticos muy bajos, producir con costes energéticos basados en el carbón, producir con una mano de obra más competitiva, tomar posiciones para, digamos, la propiedad o la adquisición y el control de los minerales críticos, tener el recino de todo aquello que es necesario para el vehículo eléctrico y, en definitiva, tener la tecnología. Por tanto, un sector tan importante como es el sector europeo, se enfrenta, sin lugar a dudas, a un competidor de primerísima magnitud.

Si a esto le añadimos lo que está pasando geopolíticamente en el planeta, pues empezaremos a pensar que este sector de la automoción, que, insisto, tiene un peso importante en la economía europea, tiene que visualizarse en el conjunto de la economía europea, no sólo en el sector de la automoción.

Y, entonces, podemos ver que, por ejemplo, en Europa, las políticas pasadas, que no las futuras, y por esto hay que tener un punto de optimismo, como decía Marta, pero las políticas pasadas europeas se han focalizado, básicamente, en