230. Cómo ser rica y libre. Con Antonio Herrero. 3g2mn

Te voy a contar cómo nos unió el brócoli, Antonio.

Porque es que a ti y a mí nos ha unido el brócoli y es una cosa loquísima.

Un día, no hace mucho, recibí un mensaje directo en Instagram, ese canal mágico, ¿vale? Que hace que sucedan cosas, ¿no? Que abre las puertas del destino.

Y me dijeron, ¿esto del brócoli lo has sacado de Antonio? Porque yo siempre digo que estoy al servicio... Bueno, siempre no.

Últimamente digo que yo estoy al servicio de la vida, que es...

O al servicio del brócoli.

Digo, yo imagino todo lo que vive como un gran brócoli que está programado para evolucionar y en el que todas las piececitas, que son esos puntitos verdes del brócoli, nos ponemos al servicio de la vida y así la vida nos como que nos favorece, ¿no? Como que nuestra...

El propósito es cada uno mejorar ese brócoli de la manera que pueda.

Unos haciendo pan, otros compartiendo información, otros haciendo música, otros cuidando niños, otros educando, ¿vale? Total, que yo siempre digo que yo estoy al servicio del brócoli.

Y un día me escribe una persona, que ahora mismo no recuerdo, si estás oyendo este podcast, muchas gracias, muchísimas gracias.

Y me dice, ¿esto lo has sacado de Antonio? De Antonio de Ricos y Libres.

Y digo, digo, no, pero me encanta.

O sea, entonces me puse a mirar tu contenido y dije, wow, ¿cómo conecto con este ser humano? Y entonces te escribí y te dije, vente a mi podcast.

Es así como el brócoli nos unió.

Antonio, ¿cómo te quedas? Me ha flipado lo de los puntitos verdes.

Tú has sido un paso más allá, porque yo me quedaba mirando el...

¿Sabes que el brócoli, si lo divides en brocolitos...

En arbolitos brocolitos.

En arbolitos brocolitos.

Pero es que dentro del arbolito brocolito hay puntitos verdes.

Claro.

Ha sido súper gráfica y me he imaginado que cada persona es un puntito verde, no un arbolito.

Es decir, los puntitos verdes crean un arbolito y muchos arbolitos...

Crean otro más grande.

Sí, un brocolazo.

O sea que estamos aquí, Antonio, tú y yo, al servicio de la vida, al servicio del brócoli.

Y el brócoli nos ha unido.

Hola, muy buenos, muy buenas y bienvenidos, bienvenidas, bienvenides a Jefa de tu Vida, el podcast de Charuca.

Te habla Charo Vargas y ya sabes que en este podcast, además de pasarlo bien, te damos recursos e inspiración para que te conviertas en la jefa de tu vida.

Hoy visita mi cocina Antonio Herrero.

Antonio se ha propuesto ayudar a las personas a optimizar sus vidas para que sean más ricas y más libres.

Y a esto se dedica en cuerpo y sobre todo en alma.

Con su manual hacia la grandeza, sus formaciones y también con retiros y más cosas que van a salir de esta persona, eso está más claro que el agua.

Ha venido a esta cocina para enseñar a las jefas a ser ricas y libres.

Antonio, bienvenido, ¿cómo estás? Muy feliz, muchas gracias.

Estoy muy feliz.

He de decir una cosa.

Antonio ha entrado en este podcast por la puerta grande.

O sea, esta persona que yo hace un mes no sabía de tu existencia y supongo que tú tampoco de la mía, viene a mi podcast.

Yo le invito, ¿te vienes aquí? Claro que sí, yo me cojo un tren, un avión, un coche, algo.

Se ha venido para acá, para Barcelona.

Pero no solo eso, es que anoche él coge y entra por la puerta y dice no, Charo, yo si nos conocemos te tengo que invitar a un desayuno.

Bueno, como no nos da tiempo a desayunar, monto una cena y aquí el señor me invitó ayer, a mí y a tres personas maravillosas más.

A dos, o sea, éramos cuatro en total.

Un sitio bellísimo, donde nos sentimos muy ricos y muy libres.

Llegaste con regalos, invitando a una cena maravillosa, con una conversación alucinante.

Y además yo vi como cuando, mientras cenábamos, estabas todavía, por si fuera poco, la entrega.

Todavía estabas pendiente como de darme más, ¿qué te puedo dar? ¿Qué te puedo dar? A ver, tú eres extraterrestre, tú eres real, ¿de dónde te viene todo esto? Creo que es un regalo el estar pendiente de las necesidades de los demás.

Medito para eso.

Trato de elevar mi conciencia para estar pendiente de mis propias necesidades.

Y cuanto más soy consciente de mis propias necesidades, más consciente soy de las necesidades de otros.

A veces no es cuestión de necesidad.

¿Tú ayer no necesitabas ese trocito extra de chocolate? Bueno, no te creas, ¿eh? O sea, me pasaba...

Lo estabas mirando, ¿no? Claro, me pasaste cosas.

Sobre todo la verdura, ¿te acuerdas del entrante este? A mí me dolía, porque cada vez que te daba un trocito a ti, era uno que me quitaba el último.

Claro, es que era espectacular.

Ayer ha jodido.

Me lo dabas y yo lo cogía, es que no podía no cogerlo.