08 - El pozo y las moscas, de Arima Rodríguez 4o1xm

Bienvenido a mi barco toma asiento y a mis historias del transcurso del río pero te garcía tu nuevo hogar pero debes saber una cosa templo aquí debe abandonar toda esperanza estás preparado para nuestras historias de terror stereo fantasy yo no tendrás un video a hoy escucharemos pecho los moscoso de ariel rodríguez cuando nos mudamos tanto nuestro nuevo hogar como los alrededores se me antoja un tanto sórdidos lo sabía por qué será una bonita casa bastante apartado de los demás duende recién pintada de blanco los alrededores era ligeramente boscosos y tranquilos la carretera pasaba muy cerca de nuestra recién estrenada propiedad pero no era muy transitada así que más que resultan una molestia era algo sumamente útil perfectamente ubicado mi nuevo hogar se encontraba unos pocos kilómetros del pueblo y aunque estén hora muy grande sigue contaba con muchos servicios así que resultaba extremadamente cómodo vivir en aquel silencioso y plácido lugar donde las tardes de verano doradas se prolongaba infinitamente muchas veces me dio la hora de la cena jugando con mi hermano a la pelota frente a mi casa el clima era más benévolo que de donde veníamos piso pequeño la ciudad el alguien puro del campo se aprecia bancada inspiración y y los inviernos serán menos podríamos tener un pequeño huerto y algunos animales que era el sueño de mis padres una vida sana y feliz para sus dos hijos a unos doscientos metros de la nueva casa se extendía un pequeño bosque no muy espeso justo frente a la entrada principal teníamos los establos como gallinas y cerdos detrás de la casa la cocina amplia y luminosa tenía una puerta que daba el huerto allí mis padres habían plantado algunas cosas ya antes de que ganamos definitivamente pasando el huerto un pozo muy antiguo pero que contenía agua o al menos eso decía lo se veía desde la ventana de la cocina había que salir a la parte trasera de la casa para verlo me llamo la atención a que el pozo desde el primer instante parecía solitario alguna flujo inexplicable ganaba del junto con un viaje para invisible pues a su alrededor solo había hierba seca y moscas a veces según la dirección del viento las moscas y el hedor llegaban hasta mi casa mis padres habían notificado a los servicios locales la importancia de eta para que el pozo pero aún no habían obtenido respuesta era aquel lugar todo transcurría espacio hasta las cosas que parecía más urgentes en numerosas ocasiones me advirtieron de que no me próximo hará que era peligroso podría caerme y además en su interior de viaje a un animal muerto a juzgar por el olor y los insectos sin embargo aunque por lo general yo era un niño bastante obediente una imperiosa impulso me llamaba desde su fondo oscuro y ponzoñoso compró el canto de sirena anulaba mi voluntad por completo así que desde que podía iba a mirarlo desoyendo los consejos de mis padres mi hermano pequeño permaneció ajeno el pozo nunca le interesó nunca escucho el murmullo que salía desde su vientre él prefería pasar la tarde ayudando a mis padres con los animales a veces yo decía en casa que iba a buscar tesoros al bosque que no encajaba ningún peligro así ellos no se ocupaban de vigilar me durante un buen rato pero realmente lo que hacía era ir al pozo a tomarme y tratar de averiguar cosas sobre el tiraba pie de citas para ver si las odia llegar al fondo y así intentar calcular su profundidad nunca llega a escuchar ninguna de ellas chocando contra el agua o con tacos alguna ni cuando lo intente con unas más grandes y pesadas era como si el pozo lo tuviera fondo quizá pensaba mi mente infantil a que el agujero con estaba con el infierno y mis piedrecitas podían estar enfadando algún demonio a pesar del miedo que me generaba mis propias ideas no podía dejar de hacerlo era una sensación adictiva tirar piedras algo que llegaba las entrañas de la tierra sin devolver sonido alguno otras veces introducía la cabeza cuanto podía ir voces para escuchar y ver si me devolvía algo diferente a lo que yo decía alguna respuesta del otro lado