Episodio 3×09. “Antropología en cuarentena”. 256b2l

Cálido tokio una mirada a través de las lentes de la antropología radios la radio de la universidad de sevilla hacía relatos salvajes dígame doctor es cierto que van a levantar un monumento a los muertos de la pc hace ser periódico una tela o una placa echaba asegura habrá discurso me parece estar oyendo lo nuestro muerto y después a tragarse subió la calera el ancho el frío decente llevaba sobre la casa y junto a la colina las estrellas destacaban su dureza pedir mal hecha noche y no era muy diferente de aquella en que tajo y el habían subido la terraza para olvidar la pc pero hoy el mar era más ruidoso al pie de los acantilados el aire estaba inmóvil ira ligero de cargado de la halitosis helado de que traía el viento tibio del otoño el rumor de la ciudad llegaba al pie de la terraza con un ruido de hola pero esta noche era la de la liberación y no de la rebelión a lo lejos una franja rojizo indicaba el sitio de los bulevares y la plaza iluminada la noche ahora liberada el deseo br amaba sin freno ir a un rugido lo que llegaba carrió del puerto oscuro hubieran lo primero juez tendrá fecha oficial la ciudad salud con unas sorda y larga exclamación esta tajo aquello y aquella que había amado y perdido todo muertos o culpable echaban olvidado y viejo tenía razón los hombres eran siempre lo mismo pero esa era su fuerza y su inocencia y eran eso es lo que por encima de todo su dolor sentía que se unía a ello media de los gritos doblaban su fuerza su duración que repercute en el pie de la terraza a medida que los ramillete multicolores elevada en el cielo el doctor riego decidió redactar la narración que aquí termina por no ser de lo que se callan para testimonial favor los ha pecado para dejar por lo menos un recuerdo de la injusticia generan herencia que les había sido hecha y para decir simplemente tengo que se aprenden medio de la plaga que hay en los hombre me acusa a gimnasia iración quiere precio pero sabía que sin embargo hecha mónica no puede ser el relato de la victoria definitiva no pueden ser más que el testimonio de lo que fue necesario y que sin duda en seguir haciendo contra el terror y su arma infatigable a pesar de sus de herramientas personales todos los hombres que no pudiendo ser santo tenía itir la plaga y se fue san no obstante en ser médico oyendo los gritos de alegría que subían mi la ciudad obtenía presente que esta alegría está siempre amenazada pues sabía que echan muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede ver en un libro de la peque no mueren y desaparece jamás puede permanecer durante los nueve en la ropa que espera pacientemente la alcoba bodega en la maleta el papel que puede llegar un día en que la pecho la enseñanza de nombre que pierde a sus rata la manía morir a dichos albert camus la peque hoy en ido copia antropología en cuarentena año tercer milenio una pandemia la humanidad las este sistema muestra su strange día la catástrofe